_
_
_
_
Reportaje:

La vida como grotesca obra de arte

Paseo con Gilbert & George por el estreno en Málaga de su más ambicioso trabajo

Margot Molina

Todo lo prescindible, fuera. Así de drásticos son Gilbert & George, pareja artística y sentimental desde 1967 que no precisa de apellidos en el mundo del arte. Gilbert Proesch (Alto Adige, Italia, 1943) y George Passmore (Devon, Reino Unido, 1942) empezaron por deshacerse de sus nombres de familia porque su admirado Van Gogh firmaba Vincent, y en el largo camino que han recorrido hasta hoy han dejado atrás otras muchas cosas: religión, convencionalismos, hipocresía... Todo ello sin que se mueva un pelo de su cuidado aspecto de gentlemen londinenses.

No distinguen entre obra y vida, lo suyo es un totum revolutum con una coherencia que ha resistido modas y años. El reconocimiento que esperaban en Reino Unido llegó en 2007, cuando la Tate Modern de Londres acogió una retrospectiva con más de 200 obras, la mayor jamás dedicada a dos artistas vivos. La muestra recogió entonces las primeras fotografías digitales manipuladas que integran una serie en la que han trabajado desde entonces y que puede admirarse en Málaga desde hoy.

'Jack freak pictures' reúne 62 obras con los colores de la bandera británica

Los artistas inauguran esta noche en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Jack freak pictures, una exposición que después recorrerá otras cinco ciudades europeas. Las 62 obras, todas de 2008, forman parte de la serie del mismo nombre compuesta por 153 piezas que giran en torno a los colores rojo, blanco y azul de la bandera británica. Ésta es la mayor exposición que presentan en España y podrá verse sólo en Málaga. La última individual que realizaron en nuestro país fue en la Fundación Miró de Barcelona, hace una década. Son las cartas de siempre, aunque barajadas en distinta forma: provocación, ironía, versatilidad y ellos mismos, siempre impertérritos, como protagonistas.

"Nuestro mundo iconográfico es muy limitado. Todos nuestros referentes están en el barrio -el East End de Londres, donde residen desde finales de los sesenta-. No necesitamos mucho: los árboles, algunas medallas, las banderas y nosotros", explicaba ayer George, mientras ambos supervisaban la iluminación de la muestra malagueña, que estará abierta hasta el 9 de mayo. Es la parte británica del equipo y se refiere a los centenarios plátanos de los alrededores de su casa, el número 12 de Fournier Street. Estos árboles invaden los rincones de la mayoría de sus inmensas fotografías digitales manipuladas. En ellas, asoman también sus rostros y cuerpos, distorsionados por una técnica que llaman folding (plegado) y que convierte a estos dos señores de apariencia tan seria -siempre con trajes de chaqueta y corbatas del mismo diseño, pero diferentes colores- en figuras grotescas.

Y la verdad es que después de un primer impacto visual para digerir la simetría caleidoscópica y colorista de su trabajo, el espectador recapacita y se da cuenta del escaso número de elementos que habitan las fotografías. "Nos planteamos qué significa tener una bandera y los sentimientos tan distintos que provoca en la gente. La idea es freaky, pero todos tenemos esa capacidad de atraer y repeler a los otros. Es simplemente una cuestión de grados", aclaran al unísono. Su sincronía es tal que Gilbert y George no sólo han entrelazado vida y obra, sino que se han convertido en un único artista que necesita dos cerebros y cuatro manos para crear, como alguno de los protagonistas de sus obras.

"Cuando pasamos los 60 años nos planteamos que era hora de hacer algo importante en nuestro propio país. Generalmente los que deciden relegan a los artistas británicos y apuestan por los extranjeros. La hierba siempre parece más verde al otro lado. Así que nos pusimos manos a la obra y, después de tres años, conseguimos la retrospectiva en la Tate Modern", comentan. "En lugar de pensar que ya estaba todo hecho, el éxito de público nos dio un verdadero empujón y hemos realizado el proyecto más ambicioso de nuestra carrera", advierte. Así es la obra y la vida de esta deliciosa pareja de artistas sesentones con piel de adolescentes inconformistas.

George, a la izquierda, y Gilbert, ayer ante su obra  <i>Hornjack </i>en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
George, a la izquierda, y Gilbert, ayer ante su obra Hornjack en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.JULIÁN ROJAS

G & G de la mano de G & G

Gilbert & George, enemigos declarados de los museos -"no pisamos uno desde hace 30 años porque no queremos contaminarnos"-, están encantados con el contenedor que alberga su obra en Málaga. El Centro de Arte Contemporáneo ocupa un antiguo mercado de mayoristas. Los artistas, que supervisan hasta el más mínimo detalle de su trabajo, comentan algunas de las piezas clave de la exposición que se inaugura hoy.

- 'Frigidarium'. "Encontramos dos frigoríficos viejos en la calle y pensamos en la idea de los baños romanos, el frigidarium, y del deporte como forma de vida, por eso hay tantas medallas".

- 'Forward'. "Ésta es una de las piezas más extraordinarias, habla de un futuro muy complejo. Es una obra totalmente histérica".

- 'Lanternbugs'. "Son insectos deformes encerrados en cápsulas y colgados de un árbol muy asimétrico, como algo que salió mal. Hay gente que, aún hoy, permanece encerrada por su apariencia".

- 'Xerxes'. "Su título es el nombre de un rey de Mesopotamia a quien consideramos el inventor del árbol de Navidad. Cuando vio un plátano por primera vez le gustó tanto que ordenó a sus concubinas que dejaran sus joyas en sus ramas".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_