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Reportaje:

La memoria 'divina' de Colita

Una antológica reúne al mundillo cultural captado por la gran fotógrafa catalana

Se define como una todoterreno de la fotografía, pero pasará a la historia por sus primeros planos y paisajes con personas. El nombre de Colita (Barcelona, 1944) está asociado a la llamada gauche divine catalana (junto a los también fotógrafos Oriol Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs), a la Escuela de Cine de Barcelona, a las azoteas del Ensanche en la década de los sesenta y, sobre todo, a los inolvidables retratos de Antonio Gades, Carmen Amaya, Joan Manuel Serrat o Rafael Alberti.

En 44 años cargando cámaras ("mi favorita era la que menos pesara", explica) ha publicado en prensa semanal y especializada; ha protagonizado más de 40 exposiciones y publicado 30 libros. La Escuela de Fotografía y Centro de Imagen de Madrid presenta hoy una retrospectiva con un centenar de fotografías. "Es un cajón de sastre. Hay un poco de todo, como en botica. Son fotos que pertenecen a mi memoria. En ellas se ve que siempre he hecho lo que me ha dado la gana y que soy la que más se ha divertido".

"Fotografiaría a los banqueros culpables de la crisis entrando en la cárcel"

Cuenta Colita (fue registrada como Isabel Steva i Hernández, pero a ella le contaron que nació en una col y se lo creyó para siempre) que, en realidad, para esta exposición no ha seleccionado las fotos. "Trabajaba con dos galerías que han cerrado y he escogido copias de fotos que a mí me gustaban, material que lo mismo no gusta a los expertos. Lo que a mí me agrada es la fotografía guapa, grande y bien tirada. Pero resulta que los fundamentalistas del mercado quieren lo que ellos llaman vintage. O sea, roña: fotos mal tiradas y mal reveladas. Si tienen pompas, mejor. Un desastre".

Colita asegura que es una fotógrafa "de las de antes". "Yo lo hago todo. Domino el oficio por delante y por detrás. Hay algunos que saben del oficio menos que de Franco". Gran parte de su trabajo está ligada al mundo del cine. Las espectaculares fotografías de Antonio Gades que se exponen pertenecen al rodaje de Los Tarantos, película en la que Colita hacía la foto fija. "Trabajé mucho con la Escuela de Cine de Barcelona, especialistas en imitar a pelmazos como Godard o Antonioni en lugar de fijarse en las buenas películas americanas. Pero me lo pasaba muy bien y me hice muy amiga de ellos". Ya no hace fotografías. "Me dedico a cuidar de mis animales (tres gatos, dos perros, una tortuga y un pez) y a recopilar las biografías de las pioneras de la fotografía. Acabo de descubrir a una fotógrafa fascinante. Se llama Nicolini y durante toda su vida retrató a tíos en pelotas".

Además de Gades ("Sólo Serrat se le aproxima en el tirón de auténtico macho") se exponen retratos de Carmen Amaya, Joan Manuel Serrat, Vargas Llosa, Terenci Moix, Gil de Biedma, Joan Brossa, Rafael Alberti o La Chunga, todo un mundo de personajes de los que conserva el mejor recuerdo. Y junto a estos rostros, un despliegue de lo que fue su barrio del Ensanche, con fotografías tomadas a pie de calle o desde su terraza. Pero siempre habitadas. Un albañil, una monja, un perrillo durmiendo la siesta. Algo con vida porque la soledad no es para ella.

¿Hay algún tema por el que volvería a coger la cámara? "Sólo por fotografiar a los banqueros culpables de la crisis entrando en la cárcel. Por nada más".

Antonio Gades, durante el rodaje de <i>Los Tarantos</i> (1963).
Antonio Gades, durante el rodaje de Los Tarantos (1963).

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