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Bielorrusia quiere unirse a Ucrania contra la política energetica rusa

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y los líderes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) celebraron ayer una cumbre en Minsk (Bielorrusia) mientras tantean nuevas alianzas internas. La organización, que agrupa a 13 de los 15 países resultantes de la desintegración de la URSS, no está en condiciones de festejar su 15 cumpleaños el próximo 21 de diciembre. En los últimos días el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha intentado poner de su lado a Ucrania para formar un frente común contra la subida de precios de los combustibles rusos. Los líderes de la CEI aplazaron ayer el ya pospuesto debate sobre la reforma de la organización.

El suceso más esperado, el reencuentro de Putin y el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, se produjo ayer en Minsk. Ante otros asistentes, Putin y Saakashvili sostuvieron ayer "un intercambio e opiniones muy productivo y tranquilo" que "da esperanza de que las relaciones mejorarán, si hay buena voluntad por las dos partes", manifestó el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev.

Las relaciones entre Tbilisi y Moscú se vieron dañadas por la desproporcionada respuesta del Kremlin a la detención de varios oficiales rusos, cuando éstos habían sido ya liberados.

Por otra parte, el enfriamiento entre Rusia con Bielorrusia quedó patente, cuando los bielorrusos se negaron a permitir el acceso de tres periodistas rusos a la biblioteca nacional de Minsk, donde se celebraba la cumbre. Los afectados, dos redactores del diario Moskovski Komsomolets y un fotógrafo de Kommersant, llegaron en el grupo de enviados especiales que acompañaban a Vladímir Putin. En respuesta al veto, los periodistas rusos boicotearon la conferencia de prensa final.

En la conferencia, el líder de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, reconoció que el 70% de los documentos firmados por la CEI no se aplican y que los esfuerzos de los países miembros de ingresar en la Organización Mundial de Comercio cada uno por su cuenta interfieren en la concertación de tarifas comunes.

Una ruta alternativa

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La compañía Gazprom, que transporta gas a Europa por el territorio de Ucrania y Bielorrusia, quiere aumentar a éste último país el precio de su combustible desde los 46,68 dólares por mil metros cúbicos actuales a 200 dólares por mil metros cúbicos. La semana pasada ante periodistas ucranianos especialmente invitados, Lukashenko manifestó su interés por una ruta de abastecimiento de crudo alternativa desde el Caspio, por Azerbaiyán, Georgia y Ucrania.

Lukashenko quiere pagar el combustible ruso a los precios del mercado interior de Rusia, hoy subvencionado. Lukashenko ha advertido que las bases militares rusas en su territorio son gratuitas y que "los rusos no tienen a nadie al occidente de Moscú, aparte del ejército bielorruso".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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