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La posguerra en Oriente Próximo

Israel planea terminar el viernes su retirada del sur de Líbano

El número de 'cascos azules' desplegados en la zona fronteriza alcanza los 5.000

Naiara Galarraga Gortázar

Los judíos celebran el próximo viernes su año nuevo, y el jefe del Estado Mayor, general Dan Halutz, pretende completar para entonces la retirada de sus tropas del sur del Líbano. El factor esencial es que ya hay 5.000 cascos azules sobre el terreno, cifra que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, considera una fuerza "sólida, robusta y creíble", suficiente para que los israelíes abandonen la zona antes dominada por la guerrilla Hezbolá.

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El jefe de las Fuerzas Armadas anunció la retirada total de Líbano ayer en el Parlamento. Pero se cubrió las espaldas. "Si todo va como está previsto, el Ejército abandonará todas las áreas que controla [en el sur de Líbano] para el año nuevo judío. Si no, se retrasará una semana", explicó Halutz ante la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores y Defensa. Una portavoz del primer ministro, Ehud Olmert, eludió dar fechas: "La coordinación [con la ONU y los libaneses] va como estaba previsto. Esperamos irnos pronto". A principios de semana Israel había abandonado el 80% del territorio ocupado en la guerra.

Paralelamente, el portavoz de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), Alexander Ivanko, precisó que los cascos azules internacionales suman 4.950. "Estamos ahí. Lo consideramos 5.000". De ellos, 560 son españoles que verificarán el repliegue israelí y ayudarán al Ejército libanés a desplegarse. Será la segunda retirada hebrea de Líbano, aunque los libaneses consideran que las granjas de Chebá siguen ocupadas. Se fueron en 2000 forzados por el clamor popular y las 400 bajas que Hezbolá les causó en 18 años de ocupación.

"Plan Madrid"

Cuando el último soldado abandone Líbano será efectiva la dimisión de Udi Adam, el general que dirigió la invasión terrestre este verano. Su salida del cargo y del Ejército es la única, aunque algunos israelíes, incluidos reservistas y altos mandos militares retirados, piden más cabezas. El jefe del Estado Mayor dejó claro que no pondrá la suya en bandeja. "Llevaré uniforme hasta que me lo quiten". Y añadió: "Hay dos maneras de asumir responsabilidades. Uno puede abandonar el barco. O quedarse y arreglar las cosas".

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Halutz ha optado por la segunda. La comisión gubernamental que investiga los errores de la guerra empezó sus trabajos esta semana. E Israel ha llevado ante tribunales civiles, al margen de las leyes de la guerra, a tres de los supuestos miembros de Hezbolá que capturó. Les acusa de intento de asesinato, secuestro -uno de ellos presuntamente participó en la captura de dos soldados- y pertenencia a organización terrorista.

Ahora que el conflicto libanés amaina, la diplomacia israelí mira de nuevo a los palestinos, acosados desde la captura de un soldado en junio. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, se reunió el lunes en Nueva York con el presidente Mahmud Abbas. Y ayer declaró que quiere "establecer un canal de diálogo permanente" con él.

Mientras, el diario Maariv publicó ayer, bajo el titular "Plan Madrid", que asesores de Abbas y de Olmert se han reunido tres veces en presencia de mediadores europeos de alto rango. En marzo, en París; en Madrid en julio, en plena ofensiva contra Líbano y Gaza, y de nuevo en la capital española hace 10 días. Ambas partes han formulado "un paquete de estabilización". Son tres medidas que permitirían "resucitar" las negociaciones israelo-palestinas: un alto el fuego de las milicias, Israel dejaría gobernar al Ejecutivo palestino, y se retiraría de las ciudades ocupadas tras la intifada de 2000.

La ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, el lunes en Nueva York.
La ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, el lunes en Nueva York.REUTERS

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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