Pugna en la Unión entre liberales y proteccionistas
El debate sobre las reacciones proteccionistas y nacionalistas registradas en los últimos meses en distintos países europeos puede actuar como elemento de distracción en la cumbre e impedir que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco concentren sus esfuerzos a concretar los planes de creación de empleo, previstos en la Estrategia de Lisboa.
Las discusiones ideológicas que enfrentan las posiciones liberalizadoras con las proteccionistas se han visto alimentadas por algunos debates como el de la directiva de servicios, fuertemente diluida y minimizada por el Parlamento Europeo, que los jefes de Estado y de Gobierno deben refrendar.
Algunos Estados miembros ya han expresado su rechazo al texto de la Eurocámara que elimina el principio del país de origen, que permitía a las empresas de servicios actuar en los demás Estados miembros, según la legislación del país en que se habían constituido y no del que actuaban. Varios Estados ya han anunciado su propósito de reabrir este debate e impulsar una revisión del mismo para darle una lectura más liberal.
Las reacciones nacionalistas se encresparon tras varias OPA que han afectado a importantes empresas siderúrgicas (Arcelor) y energéticas (Endesa, Gaz de France y Suez). La defensa del Gobierno español ante la OPA lanzada por la alemana E.ON sobre Endesa y el apoyo de Francia a la fusión de Gas de France con Suez, que ha impedido que una filial de esta última, Electrabel, haya sido adquirida por la italiana Enel, han sido otra de las fuentes de aparición de discursos nacionalistas y proteccionistas.
Con este escenario, el Gobierno de Silvio Berlusconi, que se considera especialmente agraviado por la decisión del Gobierno de París que había dejado fuera de juego a Enel, aunque nunca llegó a formalizar la operación, promovió un documento en forma de "declaración contra el proteccionismo" para que fuera aprobada en la cumbre.
El texto de la iniciativa italiana no ha logrado el apoyo de Holanda, uno de los países que junto a Reino Unido e Irlanda abanderan las posiciones más liberales de los Veinticinco.
La retirada del Gobierno holandés, por considerar que el momento no era el más oportuno, ha terminado por anular completamente la propuesta italiana.
