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Reportaje:

La campaña más disputada de México

Los candidatos a presidir el mayor país de habla hispana inician hoy una carrera electoral de seis meses, mientras las encuestas reflejan una reñida lucha por el voto

Los candidatos a presidente de la República de México inician hoy un largo recorrido de seis meses por todo el país en la que, según todas las encuestas, será la campaña electoral más disputada de la historia mexicana. Cinco candidaturas han sido inscritas, pero sólo tres líderes políticos tienen posibilidades reales de llegar a la residencia presidencial de Los Pinos. El último sondeo publicado ayer mantiene en cabeza de las intenciones de voto al ex alcalde de la capital mexicana y candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, con el 37%; seguido de Felipe Calderón, del gobernante Partido de Acción Nacional (PAN), con el 31%, y de Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con el 30%.

A. M. López Obrador (PRD)

Nacido el 13 de noviembre de 1953 en el Estado de Tabasco

Licenciado en Ciencias Políticas

Funcionario federal

Presidió de 1996 a 1999 el Partido de la Revolución Democrática (PRD)

Alcalde de México de 2000 a 2005

Roberto Madrazo (PRI)

Nacido el 30 de julio de 1952 en el Estado de Tabasco

Licenciado en Derecho y abogado

Fue diputado y senador por Tabasco antes de ser elegido gobernador de ese Estado en 1995

Preside desde 2002 el Partido Revolucionario Institucional (PRI)

Felipe Calderón (PAN)

Nacido el 18 de agosto de 1962 en el Estado de Michoacán

Licenciado en Derecho y abogado. Máster en Administración Pública por la Universidad de Harvard

Presidente del Partido de Acción Nacional (PAN) entre 1996 y 1999

Ministro de Energía desde septiembre de 2003 a mayo de 2004

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El pistoletazo de salida de la campaña de López Obrador será en Metlatónoc, el municipio más pobre de México, en el Estado de Guerrero, con una concentración multitudinaria. Felipe Calderón, por su parte, ha elegido la Ciudad de México para su primer acto electoral, en la plaza de toros de Cuatro Caminos. El candidato del partido en el Gobierno se registró en el Instituto Federal Electoral (IFE) sin presencia de funcionarios públicos, para evitar polémicas sobre supuestos apoyos gubernamentales. El priísta Roberto Madrazo hablará ante sus seguidores en Ecatepec, en el Estado de México, que es un importante feudo del partido político de referencia por haber gobernado durante más de 70 años.

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Oficialmente, la campaña para las elecciones presidenciales del 2 de julio durará hasta el 28 de junio. En la práctica, hace meses que los candidatos recorren el país en busca del voto, mientras las empresas de encuestas calientan el ambiente.

El PRI acudirá a las elecciones con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que de ecologista sólo tiene el nombre. Se trata de una alianza de conveniencia, como otras que se han forjado ante las presidenciales de 2006, con el único objetivo de sumar votos. Nada de principios o proyectos comunes. El PVEM coqueteó hasta el último momento con el PAN para aumentar sus exigencias a los priístas. Madrazo necesitaba cerrar un acuerdo con los verdes a cualquier precio, después de un largo periodo de conflictos internos que ha erosionado la imagen del partido y de su candidato.

Este político veterano, al que muchos consideran un dinosaurio, se ha desembarazado de cuanto rival se cruzó en su camino, y ha dejado atrás a todos sus enemigos en el interior del partido. Se enfrentó hasta el último momento con Elba Esther Gordillo, líder del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). La maestra se resiste a tirar la toalla y amenaza con presentar su propia candidatura presidencial para provocar un cisma en las filas del PRI.

Las encuestas muestran que el PVEM obtiene un caudal de votos nada despreciable entre los jóvenes urbanos de clase media, que poco o nada tienen que ver con el PRI.

Frente a la alianza de priístas y ecologistas, el PRD acudirá a las elecciones en la coalición Por el Bien de Todos, con el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia Democrática (CD). El PT estuvo a punto de ir con el PRI, al que apoyó en las elecciones a gobernador en Oaxaca, y en comicios locales ha sido aliado del PAN. Las dos pequeñas fuerzas políticas que acompañan al PRD no pertenecen al mundo de la izquierda política, lo que contribuye en alguna medida a diluir ideológicamente la candidatura de López Obrador, al que algunos medios insisten en calificar de "izquierdista". Los orígenes del aspirante presidencial perredista y de algunos de sus asesores más cercanos no están precisamente en la izquierda, sino en el PRI, que durante décadas cobijó a un amplio espectro político.

Entre estas dos alianzas de dudosa coherencia política, el PAN, el partido que todavía ocupa la presidencia, ha colocado una importante cuña de la mano de un candidato, Felipe Calderón, ex ministro de Energía, que sin estridencias avanza con paso firme en las encuestas. De momento, nadie le puede acusar de corrupto e incongruente con la doctrina panista, referente del pensamiento conservador mexicano. Calderón se presenta como el único candidato de unidad, que no tiene enemigos en su partido.

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