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Análisis:53º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Perlas y nuevas propuestas

El arranque de la sección Zabaltegi / Zona Abierta, tradicionalmente la más nutrida de la programación donostiarra, tuvo un poco de todo. En el apartado Perlas de Otros Festivales han pasado en los dos últimos días desde la impresionante segunda película del colombiano Rodrigo García, Nine lives, premiada en agosto en Locarno, hasta la irritante Batalla en el cielo, del mexicano Carlos Reygada, nuevo enfant terrible apadrinado por la crítica francesa y ya vista en Cannes; o desde la atropellada Mary, de Abel Ferrara, recién llegada de Venecia, hasta el interesante documental Inside Deep Throat, de los estadounidenses Fenton Bailey y Randy Barbato, una de las sorpresas de Sundance 2005, que glosa el nacimiento de ese clásico del cine porno que es Garganta profunda y las ampollas que levantó en la convulsionada América de los setenta.

La atención de la sección competitiva de Nuevos Realizadores se centró en una propuesta que, sobre el papel, parecía mucho más interesante de lo que al final resultó: Stoned, ópera prima del productor británico Stephen Woolley, habitual colaborador de, entre otros, el director Neil Jordan. Cuenta el filme más que la biografía de los componentes del grupo musical más importante aún en activo de toda la música rock, los Rollings Stones, la atropellada existencia de su fundador, Brian Jones, que una noche de julio de 1969 apareció muerto en la piscina de su descomunal mansión con sólo 27 años.

Tiene dos problemas este biopic que se reconoce abiertamente como tal. Uno es de producción, y encierra la paradoja de que a pesar de estar basado en la vida de un músico, no se escuchan en su banda sonora las composiciones originales de su grupo: no hay suficiente dinero para pagar los derechos. La otra es de carácter estrictamente cinematográfico, y no es menor: que cuando acaba la escandalosa, pero en la pantalla considerablemente reiterativa y tediosa vida de Jones, lo único que atinamos a preguntarnos es quién diablos era ese individuo.

Tiene mucho más interés, en cambio, un modesto filme francés, Alex, primera obra de ficción de un documentalista, José Alcalá. Con una actriz prodigiosa, Marie Reynal, un tono de realismo sucio y un envidiable rigor en la puesta en escena, el filme levanta acta de la existencia de una mujer en la treintena, peleona y traumatizada por una vida apaleada y siniestra.

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