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Prodi no logra unir a la izquierda

El centro-izquierda italiano sigue dividido pese a los buenos augurios de los sondeos

Enric González

El Gobierno de Silvio Berlusconi parece empantanado por la recesión económica y las contradicciones internas. A un año de las elecciones legislativas, los sondeos pronostican la victoria del centro-izquierda. Un factor deja abiertos, sin embargo, los pronósticos: la coalición de centro-izquierda no consigue superar sus tendencias autodestructivas. La Margarita, el partido moderado de Francesco Rutelli, quiere acudir a las urnas con lista propia. Y el liderazgo de Romano Prodi vuelve a ser discutido.

Las permanentes dificultades de la oposición se deben a fenómenos diversos. Uno, estructural y padecido también por la coalición berlusconiana, consiste en la tentación del "centro imprescindible", herencia de cuatro décadas largas de Gobiernos democristianos. Rutelli se mueve en la oposición como la UDC de Marco Follini en el Gobierno: procurando mantener las manos libres para cuando llegue el momento de recomponer algo parecido a la vieja Democracia Cristiana. Otro factor es el referéndum sobre la ley de procreación asistida del domingo próximo: casi como un referéndum sobre el aborto, la convocatoria enfrenta a los "católicos" y a los "laicistas" de la oposición. Pesan también las carencias de Prodi, que probablemente sería muy útil como jefe del Gobierno pero no demuestra grandes méritos como jefe de una oposición embarcada en una larguísima campaña electoral.

Francesco Rutelli fue el candidato que llevó al centro-izquierda al desastre en 2001

El éxito en las regionales del 3 de abril supuso un momento de euforia, en el que la victoria en 2006 se dio por hecha. Esa casi certeza (falsa) indujo a Rutelli a marcar distancias respecto a la lista única que Prodi consideraba imprescindible para ejercer su liderazgo y ganar las generales. Rutelli, que fue el candidato que llevó al centro-izquierda al desastre en 2001, anunció su decisión de presentar una lista independiente de La Unión-Olivo (el nombre de la coalición prodiana sigue sin estar claro). La rebelión era modesta, ya que Rutelli se refería solamente al 25% de las papeletas contabilizadas por sistema proporcional, no al 75% mayoritario, pero el anuncio bastó para que Prodi montara en cólera.

"La lista única del Olivo se hará de todas formas con quien esté con nosotros; si no, renuncio y me voy a casa", tronó Prodi, al que horroriza el más mínimo gesto antiunitario porque sin unidad él, carente de un partido propio en el que apoyarse, queda flotando en el aire. Rutelli acusó a Prodi de favorecer una escisión en La Margarita. La semana pasada fue un continuo cruce de críticas entre dos católicos centristas demasiado parecidos como para llevarse bien. Prodi recordó que La Margarita había sido idea suya. Rutelli contestó que Prodi había "marginado a La Margarita hasta extremos insoportables". A día de hoy, ambos siguen negándose a hablar directamente. La inquina mutua se agravó cuando Rutelli lanzó una nueva piedra en el estanque: en el referéndum sobre procreación asistida pensaba abstenerse, alineándose con el boicoteo propugnado por el Papa y la Conferencia Episcopal. Prodi no había indicado el sentido de su voto, pero sí que iría a votar. Quienes recordaban al Rutelli veinteañero y secretario del Partido Radical, que en 1986 izó la bandera blanca y amarilla del Vaticano sobre el Parlamento italiano para protestar contra las injerencias papales, comprobaron una vez más que, con el tiempo, todos los políticos con aspiraciones acaban congraciándose con la Iglesia.

En la crisis de conciencias del referéndum, que también hizo estragos en la derecha (el líder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, fue muy criticado por revelar que votaría tres y un no, en línea con el progresismo laicista), quien mejor parado sale es Berlusconi. Il Cavaliere actúa como si el referéndum no existiera. "¿Si iré a votar? Quién sabe", comentó ayer mismo.

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Los sondeos siguen pronosticando una ajustada victoria de la actual oposición en 2006, con un 49% de los votos frente a un 45% de la Casa de las Libertades. La diferencia, sin embargo, se estrecha. La semana próxima Prodi se reunirá con Rutelli, Piero Fassino y demás jefes de partido. Será el momento de comprobar si tiene las riendas de una coalición o de una desbandada.

El líder del centro-izquierda italiano y ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, ayer en Roma.
El líder del centro-izquierda italiano y ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, ayer en Roma.AP

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