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El bloqueo como arma

Todo sirve para levantar obstáculos con el fin de impedir el paso de personas y vehículos y establecer un bloqueo que, sin ser invento boliviano, se ha convertido en el instrumento de lucha social de moda en este país.

Existen varias modalidades de bloqueo. En las ciudades se utilizan contenedores de basura; bombonas de gas licuado (si el reclamo es por el combustible); trastos viejos, grandes y pesados, difíciles de levantar; llantas en desuso, cuando no vehículos de alto tonelaje que detienen la circulación en calles y carreteras.

En el denominado bloqueo hormiga de las áreas rurales, los indígenas solían sembrar de piedras pequeñas toda la carretera que, más tarde, militares y policías arrinconaban a la vera de la vía. El ejercicio era interminable hasta que decidieron llevar las piedras en volquetes a puntos distantes. La falta de esta materia prima del bloqueo, especialmente en el área altiplánica, fue reemplazada por muchos metros cúbicos de tierra.

En las carreteras de los valles y el trópico se utilizan ramas de árboles, troncos o rocas desprendidas desde lo alto con dinamita. Algunos bloqueos son relámpagos, es decir, que se corta el paso por poco tiempo hasta que llegan los militares y despejan, pero en cuanto pasan las patrullas vuelven los obstáculos al camino. Bolivia sufría ayer una treintena de bloqueos.

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