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Entrevista:MARC SAGEMAN | Experto en terrorismo islamista

"La mayoría de los terroristas son de clase alta o media-alta"

Marc Sageman, ex agente de la CIA reconvertido en psiquiatra y hoy profesor de la Universidad de Pensilvania, se revolvía en su butaca cada vez que escuchaba a supuestos expertos en televisión pontificando sobre los islamistas, el terrorismo y sus motivaciones tras el fatídico 11-S. En nada se parecía a lo que aprendió trabajando con los muyahidín en Afganistán en la lucha contra los soviéticos a finales de los ochenta, primero, y evaluando después como psiquiatra a centenares de asesinos.

Este ex espía nacido en Polonia en 1953 empezó a reunir datos de militantes de Al Qaeda -ha acumulado más de 400 biografías-, que fueron la base de Understanding terror networks [Entender las redes terroristas], un libro de referencia en EE UU. El trabajo, que Sageman ha presentado en un seminario sobre terrorismo islamista organizado por la Fundación Ortega y Gasset, hace añicos algunos de los tópicos más extendidos sobre los terroristas islamistas. La gran mayoría, asegura, se enroló al movimiento por camaradería más que por motivos religiosos y procedía de clases acomodadas y bien educadas. A su juicio, la guerra de Irak ha sido muy negativa e incluso contraproducente para luchar contra el terrorismo.

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Pregunta. Escribió el libro para combatir muchas ideas de los expertos. ¿En qué se equivocaban?

Respuesta. Muchos de los que opinan nunca se han reunido con un islamista ni han tratado a un asesino. Se habla de la pobreza, de familias rotas, de gente que no va a la escuela, de jóvenes inmaduros, de gente sin familia, sin hijos...

P. ¿Nada de esto tiene que ver?

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R. No. Los datos reales nos dibujan un retrato muy distinto. Se trata de un fenómeno de clase alta y medio-alta, a la que pertenecen el 75% de las 400 biografías que he reunido. El 90% procede de familias estructuradas, sin problemas importantes. El 63% fue a la universidad, una cifra altísima si se compara con el 5% o 6% habitual en el Tercer Mundo. La edad media de incorporación a la yihad es a los 26 años. Y en el momento de dar el paso, el 73% está casado y la gran mayoría tiene hijos.

P. ¿El fundamentalismo religioso tampoco explica el fenómeno?

R. Muy pocos habían tenido antecedentes religiosos antes de abrazar la yihad. Sólo el 13% estudió en una madraza y se vuelven muy religiosos después de sumarse al movimiento. El 70% de ellos vivía en el extranjero y el 80% se sentía totalmente excluido de la sociedad en que vivía. Y algo importantísimo: casi el 70% tenía amigos o familiares en el movimiento. Estamos hablando de una élite brillante que está fuera de su país, pero no se adapta y busca encontrarse con gente. Si eres musulmán, este sitio es la mezquita.Van más para encontrar amigos que por la religión.

P. ¿La gente se convierte en terrorista porque se siente solo? ¿Sin fuertes convicciones previas?

R. Las convicciones vienen después. El grupo se forma porque la gente se siente sola y empieza el proceso. Van tomando conciencia de estar fuera, de la exclusión, y se aferran al grupo. A diferencia de los asesinos convencionales, es un fenómeno de grupo, cuyos miembros sienten que viven una lucha contra la injusticia. En las mezquitas se les explica que la injusticia y la exclusión se deben a una crisis de valores y que el único momento en la historia en que el mundo era justo fue en tiempos de Mahoma. Mientras, en televisión o en Internet se habla de estadounidenses que asesinan a musulmanes...

P. Y ven la guerra de Irak. ¿Piensa que la guerra contribuye a que más islamistas quieran crear células terroristas?

R. Totalmente. Lo que pasó en Madrid no puede entenderse sin Irak; ha estimulado el terrorismo. No hay duda de que la guerra fue una mala decisión para luchar contra el terrorismo.

P. En su comparecencia ante la comisión del 11-S en EE UU citó Madrid entre una decena de lugares que había que seguir de cerca para prevenir atentados. Fue ocho meses antes del 11-M.

R. De la muestra que he estudiado [no incluye a los autores del 11-M], resulta que el 50% pasó por sólo una decena de mezquitas de todo el mundo; entre ellas la de la M-30 de Madrid.

P. Usted fue miembro de la CIA. ¿Infiltrarse en estas redes es más difícil que en la guerra fría?

R. Estas redes salafistas son muy difíciles de penetrar. No es como el antiguo partido comunista, sino que tiene más que ver con grupos de amigos. Es complicado que los amigos traicionen a los amigos.

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