Un maestro intempestivo
La concesión del Premio Cervantes a Rafael Sánchez Ferlosio es la mejor noticia para el mundo literario en mucho tiempo porque representa el reconocimiento de la obra de un hombre riguroso, de un intruso que ha dedicado buena parte de su vida a desmontar las escenografías de la mentira. Alquimista en el Alfanhuí y anatomista en El Jarama, Sánchez Ferlosio ha otorgado a sus ensayos la fuerza y la arquitectura necesarias para convertirlos en imprescindibles. Un argumento poderoso y una palabra aguda como el filo del puñal se han alimentado mutuamente en las grandes incursiones reflexivas de un escritor ajeno a la retórica y a la componenda. Los que hemos leído y escuchado a Ferlosio -qué inmenso conversador- nunca dejaremos de agradecer las palabras del mejor maestro intempestivo.