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Chipre entrará dividido en la UE tras el 'no' grecochipriota en el referéndum de la ONU

Bruselas "lamenta" el voto de la comunidad griega y promete ayuda a los turcochipriotas

Juan Carlos Sanz

Los popes ortodoxos echaron ayer las campanas al vuelo en Nicosia para celebrar el fracaso del referéndum de reunificación de la isla, mientras los almuédanos de las mezquitas guardaban silencio. El no en la consulta planteada por la ONU ante el ingreso de Chipre en la Unión Europea el 1 de mayo -junto con otros nueve países- recibió más del 75% de los votos en el sector grecochipriota, mientras el alcanzó el 65% de los sufragios en el referéndum paralelo de la parte norte de la isla, ocupada por el Ejército de Turquía desde hace 30 años.

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El masivo no grecochipriota dicta la sentencia de muerte al plan de paz del secretario general de la ONU, Kofi Annan, que defendía un modelo federal de dos Estados con amplias competencias y un reajuste territorial a favor de los grecochipriotas. También consuma la entrada en la Unión de un país dividido por alambradas y patrullado por cascos azules. Sólo el sur grecochipriota, el único territorio de la isla reconocido por la comunidad internacional, se incorporará a la UE en la ampliación a 25 países. El norte, que sólo cuenta con reconocimiento de Turquía, confía en salir de su aislamiento internacional después de tres décadas de embargo económico si Bruselas y Washington cumplen las promesas dadas a la población turcochipriota para que apoyara el plan de reunificación de la ONU.

Sin redoble de campanas ni llamamientos al rezo en los alminares, un puñado de personas se manifestaba anoche en el sector griego de Nicosia con la enseña helena, azul y blanca. Miles de turcochipriotas desfilaban con banderas europeas y pancartas a favor del a la reunificación al otro lado de la línea verde. En una isla con una población joven -más de dos terceras partes de los chipriotas no habían nacido cuando Turquía invadió la isla-, la edad parece haber definido el sentido del voto. Los jóvenes grecochipriotas, educados en el miedo al enemigo del otro lado, han rechazado convivir con unos desconocidos, en tanto que muchos de sus mayores añoran aún el modelo bicomunal tras lograr la independencia de Londres, en el que al menos vivirían en un país unido. Los adultos turcochipriotas de cierta edad, sin embargo, mantienen todavía viva la memoria de las atrocidades de las milicias nacionalistas helenas, en tanto que los jóvenes del norte han visto en el una oportunidad para salir del pozo del desempleo y obtener un pasaporte europeo.

La habitualmente inexpresiva Comisión Europea aseguró anoche en un comunicado emitido en Bruselas que "lamentaba profundamente" el rechazo grecochipriota al Plan Annan, un reproche que se produce tras la abierta acusación de "mala fe" lanzada esta semana por el comisario para la Ampliación, Günter Verhegen, contra el Gobierno del presidente Tassos Papadopulos. En contrapartida, el Ejecutivo comunitario "felicitaba calurosamente" a los turcochipriotas por su voto a favor "de resolver los problemas de la isla". La Comisión anunciaba su disposición a "promover el desarrollo económico de la parte norte". Si la UE llega a considerar la línea verde como frontera exterior, habrá un reconocimiento de facto de la entidad turcochipriota, con un estatuto similar a Taiwan respecto a China, que despejaría el camino a un levantamiento del embargo comercial que pesa sobre el norte.

Después de derrotar en las urnas el pasado diciembre al partido del líder histórico turcochipriota, el presidente Rauf Denktas, el primer ministro del sector norte de Chipre, Mehmet Alí Talat, ha insistido en el al Plan Annan, en que no iba a aceptar que la comunidad turca se viese arrastrada por el no grecochipriota. El Gobierno turco reiteró anoche que defiende la reunificación. Un portavoz del Departamento de Estado de EE UU había anunciado antes que Washington no va a permitir después del del norte que los turcochipriotas sigan aislados "a la intemperie" tras la incorporación de la zona sur de la isla a la UE.

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Un sacerdote ortodoxo grecochipriota depositaba ayer su voto en Deftera, cerca de Nicosia.
Un sacerdote ortodoxo grecochipriota depositaba ayer su voto en Deftera, cerca de Nicosia.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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