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LA CAPTURA DE SADAM | Las protestas

Miles de suníes protestan contra EE UU

Una veintena de iraquíes mueren en los violentos disturbios desatados tras la detención de Sadam Husein

Miguel González

La captura de Sadam Husein ha desencadenado una ola de violentos disturbios en las ciudades de mayoría suní, donde el régimen baazista tenía su principal base social. Miles de personas han salido a las calles de Faluya, Ramadi, Samarra, Tikrit o Mosul para aclamar al ex dictador y protestar contra la ocupación. Al contrario que en la Intifada palestina, los manifestantes iraquíes no lanzan piedras, sino que van armados con fusiles. Las protestas han culminado con el asalto a edificios gubernamentales y la muerte de al menos siete manifestantes y un policía. Ayer, los saqueadores más tardíos se afanaban a la búsqueda de los restos del botín en la arrasada sede del Ayuntamiento de Faluya.

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Un joven intentaba desmontar con una barra de hierro un aparato de aire acondicionado y otro arrancaba las placas metálicas de una marquesina. Documentos oficiales, muebles rotos y cascotes yacían esparcidos por el suelo del Ayuntamiento de Faluya, ciudad situada a 60 kilómetros al oeste de Bagdad. "Miles de personas salimos el lunes de la mezquita, después del rezo de la tarde, para decirle a todo el pueblo que los americanos habían mentido y que Sadam no ha sido capturado, ¡Dios le protege!, sólo cogieron a un doble", explica Samir, interrumpiendo por un instante la rapiña.

"La gente enarbolaba retratos del presidente Sadam, coreaba gritos contra los americanos y disparaba al aire para mostrar su júbilo. Cuando llegamos ante el Ayuntamiento, los policías corrieron como conejos y también huyó el alcalde, Raad, que es un agente de la CIA", prosigue.

"Estábamos izando la bandera iraquí cuando llegaron los americanos con aviones, helicópteros y tanques y empezaron a disparar contra la multitud", dice mostrando un enorme boquete en una pared que parece provocado por un proyectil. "Tres hombres murieron y muchos más resultaron heridos". Un compañero de Samir, que observa receloso, interviene: "Los periodistas trabajáis para los americanos, sólo denigráis al pueblo iraquí".

La conversación se interrumpe abruptamente. Un grupo de hombres armados irrumpe en el edificio entre un estruendo de disparos. Algunos salteadores logran escapar, mientras los demás son detenidos. Varios vehículos policiales han cortado la principal avenida de la ciudad, de unos 200.000 habitantes, y una treintena de agentes, la mayoría sin uniforme, acordona la zona. En minutos recuperan el control del Ayuntamiento, o lo que queda de él, pero están nerviosos y disparan en todas direcciones para alejar a los curiosos.

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"Cierren los comercios"

Tras la policía iraquí llegan las tropas de EE UU. Ocho blindados toman posiciones en torno al inmueble, mientras helicópteros y cazas F-16 sobrevuelan a baja altura. Por megafonía, una voz repite en árabe: "Hemos capturado a Sadam Husein. Entren a sus casas y cierren los comercios". En medio de la tensión, la gente se retira. "Sadam es un héroe, no podéis cogerlo", grita un vecino.

La reconquista de Faluya muestra que EE UU no está dispuesto a retirarse de ninguna zona de Irak, ni siquiera donde su presencia es más contestada, para no dejar terreno libre a los partidarios del ex dictador. En Ramadi, a 50 kilómetros de Faluya, la escena es similar. Medio millar de personas protestaron el lunes ante la sede gubernamental. La manifestación degeneró en un enfrentamiento a tiros. Un soldado de EE UU resultó herido, y dos civiles iraquíes, muertos.

Ayer le tocó a Mosul, 400 kilómetros al norte de la capital. Cientos de estudiantes marcharon desde la Universidad hasta el centro urbano coreando: "¡Damos nuestra alma y nuestra sangre por ti, Sadam!". En los enfrentamientos posteriores, un agente perdió la vida y otro quedó herido. En Kirkuk, principal centro petrolero del norte del país, dos personas murieron por disparos de las tropas estadounidenses, según France Presse.

Los disturbios no sustituyen a los ataques de la resistencia. El mando de EE UU reveló ayer que 11 iraquíes fueron abatidos el lunes en Samarra, 120 kilómetros al noroeste de Bagdad, en una emboscada a una patrulla. Según su versión, dos civiles abrieron fuego contra los soldados desde una moto y utilizaron como escudos humanos a un grupo de escolares. Simultáneamente, estalló una bomba y les atacaron con granadas anticarro y morteros. Una compañía de la 2ª División de Infantería acudió en ayuda de la patrulla, que no sufrió ninguna baja. Las 11 bajas iraquíes fueron "confirmadas por un comandante sobre el terreno", agregó el portavoz de EE UU. Como ocurrió el mes pasado también en Samarra, donde el Pentágono aseguró haber dado muerte a 54 activistas, los hospitales locales no ratificaron los datos.

Tres soldados estadounidenses resultaron heridos graves por la explosión de un artefacto en Tikrit, donde fue capturado Sadam.

Un grupo de iraquíes muestra fotos de Sadam Husein y lanza consignas en su favor ante un soldado de EE UU que les apunta desde una tanqueta.
Un grupo de iraquíes muestra fotos de Sadam Husein y lanza consignas en su favor ante un soldado de EE UU que les apunta desde una tanqueta.REUTERS

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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