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Caixa Galicia exhibe en A Coruña 50 'dalís' de la colección del artista

Un recorrido vital a través de 23 óleos y acuarelas y 27 dibujos

La Fundación Caixa Galicia muestra en su sede de A Coruña, hasta el 4 de mayo, 50 obras de la colección personal de Salvador Dalí, bajo el título Los 'dalís' de Dalí. Son 23 óleos y acuarelas y 27 dibujos, ordenados cronológicamente, que reflejan la evolución pictórica del artista catalán y su trayectoria vital y afectiva. La exposición viajará después a Santiago de Compostela (del 9 de mayo al 8 de junio) y a Vigo (del 13 de junio al 13 de julio).

La gran mayoría de las obras incluidas en la muestra permanecieron en poder de su autor hasta su muerte en 1989. Algunas las tuvo al resguardo de la visión del público, ocultándolas en armarios, según la comisaria de la exposición, Ana Beristain, conservadora del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, lo que revela el interés del artista por retener su producción, o su vinculación sentimental con estas creaciones.

La exposición incluye un par de paisajes de Cadaqués, de su etapa de formación impresionista, entre ellos Velero 'El Son', (el barco de la familia). Tan impresionista como impresionante es el Retrato de mi padre (tanto el óleo como el dibujo previo), en el que el notario Dalí aparece, autoritario e imponente, con el fondo del paisaje de Cadaqués y una figura femenina que huye, en lo que parece una premonición de la posterior ruptura de Salvador Dalí con su familia, frontalmente opuesta a aceptar su relación con Gala, entonces mujer del poeta francés Paul Elouard.

De la primera época figuran también Autorretrato con cuello rafaelesco, que refleja en la obra y en el título la admiración que Dalí profesaba entonces (1920) hacia el pintor renacentista. Se incluyen también algunas de las poco conocidas aguadas de la serie Nocturnos madrileños, en las que retrata su iniciación (de la mano de Luis Buñuel) en la vida noctámbula de la capital española.

La posterior influencia de Cézanne es patente en cuadros como Port Alguer y Retrato de mi hermana, en los que las referencias paisajísticas revelan su adscripción cubista. La nueva tendencia es patente en los numerosos dibujos y esbozos de su hermana Anna María, su musa hasta la aparición de Gala.

La paralela irrupción de Gala en su vida y la de Dalí en París, que marcaría el reconocimiento internacional del pintor, los inicios de su etapa surrealista están representados en obras como Eclipse y ósmosis vegetal o El sentimiento de velocidad, en los que, pese a todo, es reconocible la geografía de su nostalgia, la llanura del Empordá o el perfil de la Costa Brava.

El grueso de Los dalís de Dalí está formado, sin embargo, por los cuadros centrados en Gala -Leda atómica (con bocetos preparatorios o pinturas inconclusas)- y por sus reinterpretaciones de los clásicos: de Velázquez (Dalí de espaldas pintando a Gala..., Detrás de la ventana, a mano izquierda) a Miguel Ángel. También figuran algunas de sus últimas obras, posteriores a la muerte de Gala en 1982, y en las que, según Ana Beristain, se confirma que "al final de su vida, Dalí volvió a sus orígenes, a su familia, a sus obsesiones".

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