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AMENAZA DE GUERRA | El papel de Londres

Arabia Saudí autoriza el uso de la base Príncipe Sultán a las tropas estadounidenses, según FT

En un intento aparente de asegurar su participación en los planes posteriores a una guerra contra Irak, Arabia Saudí ha autorizado a Estados Unidos el uso de la base aérea de Príncipe Sultán, cerca de Riad, un centro de mando y control considerado crucial para coordinar la campaña aérea, según informa Financial Times citando fuentes diplomáticas occidentales.

El ministro de Defensa saudí, el príncipe Sultan Bin Abdelaziz, aseguró el domingo que los cerca de 5.000 soldados estadounidenses desplegados en la base tienen como única misión vigilar la zona de exclusión aérea impuesta en el sur de Irak desde 1992. Sin embargo, fuentes diplomáticas afirman: "EE UU necesita instalaciones de mando, comunicaciones y control, derechos de sobrevuelo, espacio asfaltado para aviones de combate, tanques de repostaje, y servicios de espionaje y emergencia, para sus planes de bombardeo". Y concluye: "EE UU ha sido capaz de explicar que todas esas cosas son esenciales, y Arabia Saudí se las ha suministrado".

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Bin Abdelaziz, sin embargo, insistió en que no había "ningún acuerdo con EE UU según el cual pudieran atacar ni invadir [Irak]" desde el territorio saudí. Así, explicó que el cierre del pequeño aeropuerto de Arar (a unos noventa kilómetros de la frontera con Irak) y la creciente actividad militar en Tabuk (cerca de la frontera con Jordania e Irak), con incremento de tropas estadounidenses, responden a razones de defensa y de asistencia humanitaria a los refugiados que se esperan desde Irak.

Aunque nadie reconoce oficialmente las presiones, fuentes diplomáticas del Golfo afirman que Washington sugirió que el uso de instalaciones saudíes era esencial para asegurarse un asiento en la mesa de negociaciones posguerra.

El aumento de tropas norteamericanas contrasta con la fuerte oposición a la guerra manifestada por el Gobierno saudí, prooccidental, que teme una escalada de sentimientos antiamericanos en la población. A principios de febrero, miembros de la familia real reconocieron un plan para pedir a EE UU la retirada de sus tropas (presentes desde 1991) tan pronto como concluya la campaña para desarmar Irak. El presidente sirio, Bashar al Assad, criticó ayer a los Estados árabes por su falta de unión a la hora de denegar ayuda logística a las fuerzas de EE UU, aunque sin nombrar ningún país.

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