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El Gobierno ruso desmantela una base de espionaje en Cuba

La operación, comenzada tras el 11-S, enfrentó a los dos países

Cuba ya no servirá más de base a Moscú para espiar a Estados Unidos. Después de seis meses de trabajo, el Ejército ruso ha concluido las labores de desmantelamiento del centro radioelectrónico de Lourdes, instalación situada en las afueras de La Habana que llegó a ser la mayor base de espionaje de la antigua Unión Soviética fuera de sus fronteras. Lourdes albergaba a 1.500 técnicos y militares soviéticos.

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Establecida en 1964, la desaparición de la base de Lourdes pone fin a más de tres décadas de cooperación militar entre La Habana y Moscú. Será a partir de ahora una ciudad universitaria donde miles de cubanos se formarán como técnicos en informática y computación. La construcción de esta universidad del software por las autoridades cubanas ha sido simultánea al desmontaje, por personal ruso, de cientos de toneladas de antenas y equipos de escucha, antes dedicados a espiar a Estados Unidos.

La operación de evacuación terminó el pasado 30 de agosto. Ese día 'salió de Cuba el último avión An-124, pilotado personalmente por el comandante jefe de la aviación de transporte, teniente general Víctor Denisov', informó el Ministerio de Defensa ruso.

A diferencia de otros proyectos de cooperación entre Moscú y La Habana, como la construcción de una central nuclear en Cienfuegos o la planta de producción niquelífera de Moa, el centro de espionaje radioelectrónico de Lourdes sobrevivió al colapso de la Unión Soviética. Por intereses estratégicos, Rusia no quiso cerrar esta base, que le proporcionaba el 75% de la información militar de EE UU -y desde donde en 1991 Moscú interceptó los planes de guerra de Washington contra Irak-. Incluso en 1999, el complejo, por el que Rusia pagaba un arrendamiento de 200 millones de dólares anuales, fue ampliado con tres nuevas antenas, de acuerdo con un contrato bilateral que expiraba en el año 2004.

La decisión de desmantelar la base de Lourdes fue anunciada por el presidente ruso semanas después de los atentados del 11 de septiembre. Vladímir Putin esgrimió razones económicas, aunque la medida fue interpretada como parte de su política de acercamiento a EE UU.

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La Habana nunca estuvo de acuerdo con la iniciativa rusa, e incluso consideró que retirar el centro era 'un mensaje y una concesión del Gobierno de Estados Unidos' que constituía un grave riesgo para Cuba. El Gobierno cubano afirmó irónicamente que el anuncio público de cerrar Lourdes sin haberse puesto de acuerdo con La Habana era 'un obsequio especial' de Putin a su homólogo estadounidense George W. Bush.

La base de Lourdes fue construida después de la crisis de los misiles por el servicio de espionaje militar soviético, cuando la presencia militar de la ex URSS alcanzó su cenit, con 20.000 hombres en Cuba. Al principio tuvo una dotación de 850 técnicos, que luego aumentaron a 2.000, antes de reducirse a 1.500 tras la desintegración de la Unión Soviética, pese a lo cual la base y su equipamiento se siguió modernizando.

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