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Grecia se opone al plan español para cerrar el acuerdo UE-OTAN

La negativa de Atenas pone en peligro la misión europea en Macedonia

Carlos Yárnoz

El Gobierno griego ha rechazado sin contemplaciones la fórmula presentada por España para superar el contencioso greco-turco que impide que la política europea de defensa sea realmente operativa. La propuesta española restaba valor, en buena medida, al pacto alcanzado el año pasado con Turquía, según el cual la UE se comprometía a no actuar nunca militarmente contra un país de la OTAN, es decir, a no intervenir en la zona de interés turco, y concretamente en el mar Egeo. Unos comentarios al respecto de Josep Piqué el martes pasado han alentado la negativa respuesta griega.

Grecia, socio de la OTAN y la UE, nunca ha aceptado ese pacto, bendecido en su día por Washington y Londres, pero Turquía, miembro de la Alianza aunque no de la Unión, se niega a cambiar una sola coma del mismo. En el pacto de Ankara también se indica que, de acuerdo con el Tratado de Washington de la OTAN, los litigios entre aliados se solventarán de acuerdo con las leyes internacionales. Para Grecia, esa referencia supone el reconocimiento de la existencia de un litigio territorial en el Egeo, extremo que Atenas no acepta. El Gobierno griego pone, además, otras dos objeciones. Así, mantiene que la UE no puede comprometerse a intervenir militarmente contra un país de la OTAN cuando la Alianza no hace lo propio con respecto a la UE. Finalmente, destaca que el pacto de Ankara se hizo al margen de los procedimientos de trabajo de la Unión.

La propuesta de Piqué

Ante esta situación, que pone en riesgo la primera intervención militar de la UE en Macedonia a finales de año, España, en su calidad de presidencia actual de la Unión, propuso que la UE difundiera un documento declarando su autonomía a la hora de tomar decisiones para intervenir militarmente en operaciones de gestión de crisis o mantenimiento de la paz. En paralelo, la OTAN publicaría otro documento comprometiéndose a no actuar nunca contra un país de la UE. Con esa fórmula, el pacto de Ankara quedaría algo aguado a favor de Grecia, pero sin variar su contenido, como quiere Turquía.

Los detalles de la propuesta los comentó el martes en Reikiavik, en conferencia de prensa, el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, y varios embajadores, especialmente el griego, le acusaron de indiscreto. 'Creó un problema al Gobierno griego porque debía haber sido más delicado', ha asegurado una fuente oficial de Grecia en Bruselas. Cuarenta y ocho horas después de los comentarios de Piqué, Grecia comunicó oficialmente su rechazo a la fórmula española. Con tal negativa, Grecia ve ahora 'muy difícil' que se pueda llegar a un acuerdo para la cumbre de Sevilla del mes próximo en contra de las pretensiones del Ejecutivo español, que quería presentar en la capital andaluza ese pacto como uno de los grandes hitos de su semestre al frente de la Unión.

Las consecuencias pueden ser mucho más graves. De no alcanzarse ese pacto bajo presidencia española, será muy difícil hacerlo en los próximos 12 meses porque en ese periodo será Grecia el país que actúe como presidente de turno de la UE en el área de la política europea de defensa, porque, tras el turno español, llega el de Dinamarca, que no participa en esa política común, y después el de Grecia.

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El año pasado, la UE acordó la formación de una fuerza de reacción rápida con 60.000 soldados. Para evitar duplicaciones con la Alianza Atlántica, las operaciones de esa fuerza tendrán acceso automático a los sistemas de planificación de la OTAN. Pero el problema surgió de inmediato por el contencioso greco-turco en el mar Egeo, cuando Turquía se opuso a ese acceso 'automático' de las unidades europeas a los medios de la OTAN. Después, tras el pacto de Ankara, nacieron las objeciones de Grecia.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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