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Carter presionará a la Casa Blanca para que levante el embargo a Cuba

El ex presidente norteamericano, James Carter, regresó ayer a Estados Unidos con el propósito de influir ante el Gobierno de George W. Bush para que dé pasos hacia la normalización de las relaciones con Cuba y el levantamiento del embargo. Carter remitirá inmediatamente un informe a la Casa Blanca y al Departamento de Estado sobre los resultados de su histórica visita, gracias a la cual los cubanos pudieron conocer que existen grupos organizados de oposición que pretenden convocar un referéndum. Las recomendaciones de Carter llegarán a Washington en vísperas del discurso que pronunciará Bush en Miami el próximo lunes, en el que se espera que anuncie un endurecimiento del embargo, establecido hace cuatro décadas.

'Los objetivos de mi viaje eran tres: tener la máxima comunicación con el pueblo de Cuba; tener amplias conversaciones con Fidel Castro, los disidentes y otros actores de la sociedad; y contribuir a mejorar las relaciones con Estados Unidos. He tenido éxito en los dos primeros objetivos', dijo Carter durante una conferencia de prensa antes de su partida. Sobre el tercero, el ex presidente norteamericano se comprometió a alentar a la Administración de Bush para que cambie su política hacia Cuba.

Gestos sin cambios

Carter no ocultó su pesimismo sobre la posibilidad de que Fidel Castro promueva cambios políticos en la isla. 'Gestos, los ha habido, pero no veo evidencias de cambios políticos fundamentales'. Carter consideró que 'hay dos motivaciones en el presidente Castro' para mantener un sistema de partido único. 'La primera, es su genuina creencia de que en un sistema socialista como el cubano cada ciudadano debe ser igual al otro, que no debe haber distinciones de clases en función de la riqueza de cada uno, y esto hace posible un sistema de educación, salud y vivienda superior para su pueblo'.

El otro aspecto del pensamiento de Fidel Castro, según Carter, 'es que él quiere retener completamente el control del sistema y no arriesgarse a que los disidentes y grupos opositores puedan ganar el suficiente apoyo para poner en peligro su poder como indiscutido líder del Gobierno cubano'.

El ex presidente norteamericano confirmó que había hablado con Fidel Castro del denominado Proyecto Varela, la iniciativa opositora que pide una consulta popular sobre cambios legales y políticos en la isla, pero dijo que, a su juicio, las autoridades de la isla no 'habían tomado aún una decisión' sobre qué hacer al respecto.

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Sin embargo, en unas declaraciones realizadas a la cadena de televisión norteamericana CNN poco antes de subir al avión, Carter fue rotundo al opinar sobre qué hará Fidel Castro después de su partida. 'No veo ningún cambio en su disposición a permitir expresiones disidentes en los cubanos, a pesar de que ha sido asombrosamente permisivo en dejarme expresar mis puntos de vista, críticos en ocasiones'.

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