Un juez investiga el expolio del castillo de Santueri
El titular del juzgado de instrucción número cinco de Manacor investiga varios supuestos delitos contra las leyes del Patrimonio, por la excavación ilegal y con detector de metales de un yacimiento de 2000 años. El presunto autor del atentado cultural fue el ciudadano suizo Rupert Spillmann, que acumuló en su país más de 1000 monedas antiguas extraídas del subsuelo de Mallorca. Las raras piezas de épocas bizantinas, vándalas, musulmanas y cristianas, son valiosas para documentar una etapa oscura de la historia del Mediterráneo. La Brigada Central de Patrimonio Artístico y la Policía Judicial de Palma actuaron ayer en la sede del Consell de Mallorca.
El departamento de Cultura, durante cuatro años, conoció el asunto y no denunció al supuesto expoliador. En el Parlamento y en el Consell, en cuatro ocasiones el PP ha interpelado al poder insular y balear. Antes, el colectivo de arqueólogos y la entidad Arca tildaron el caso de delito y atentado.
Spillmann efectuó semanas atrás un depósito en el Consell de lo que dijo eran el total de sus hallazgos. Una primera entrega fue rechazada por funcionarios del Consell, en 1998. El supuesto furtivo exhibió fotos de una gran colección que tenía fuera de España. El Consell gestionó posteriormente un permiso de prospección con la supuesta intención de blanquear la colección.
Spillmann y su experto de confianza Lutz Ilisch de la Universidad de Tubinga, Alemania, a quien encomendó el estudio de su colección del expolio, el 12 de abril de 2001 trabajaron con un detector en Santueri. El director del Instituto Alemán de Arqueología de Madrid, Tilo Ulbert los vio, pero se dice ajeno al caso. En septiembre, Maite Orfila de la Universidad de Granada y Francesc Tuset de la Universidad de Barcelona, desarrollarán con Ulbert sondeos de Santueri.
