Chirac avanza en los sondeos frente a Jospin
El candidato de la derecha, Jacques Chirac, aventaja en 3,5 puntos al socialista Lionel Jospin en el último sondeo sobre las presidenciales francesas, publicado ayer, que otorga a aquél el 22% en la votación del día 21 y deja a Jospin con un 18,5%. No es un cambio decisivo, porque el mismo sondeo pronostica que los dos están al 50% de posibilidades para la segunda vuelta. Pero ese estudio-realizado por el instituto CSA para el diario Libération confirma otros, que coinciden en la debilidad del primer ministro por el mordisco de la extrema izquierda y de la abstención de su campo.
Dominique Strauss-Kahn, ex ministro de Economía y reputado como uno de los modernizadores dentro de la galaxia socialista, aconsejó ayer 'una inflexión a la izquierda' y predicó con el ejemplo, lanzando un ataque en toda regla contra el programa económico de Jacques Chirac, que consideró 'peligroso para la credibilidad de Francia entre sus socios europeos' y 'aventurado' en materia económica y financiera, capaz de provocar 'una huida de inversores' y 'recortes en los gastos sociales y educativos'.
Inasequible al desaliento, Chirac no sólo mantuvo la promesa de reducir el impuesto sobre la renta en un 33% y rebajar también el de sociedades, sino que ayer mismo añadió el propósito de reducir el IVA de los discos, para dejarlo en un 5,5%, frente al 19,6% que pesa actualmente sobre este producto cultural.
Todos los lugartenientes del presidente francés se han lanzado en tromba contra Lionel Jospin tras la revelación periodística de una nota interna de la Dirección del Presupuesto, que advierte sobre la imposibilidad de alcanzar el equilibrio de las finanzas públicas en 2004 sin subir los impuestos. Esa nota fue difundida después de que Jospin prometiera sostener el compromiso con la Unión Europea de alcanzar el equilibrio presupuestario en 2004, contraponiendo esa actitud a la de un Chirac que se comprometió a ello en nombre de Francia, a mediados de marzo, para decir poco después que no pasaba nada si ese equilibrio se aplazaba a 2007.
Martine Aubry, la otra portavoz de Jospin, acentúa también la táctica del voto del miedo: Chirac es peligroso porque 'no se sabe qué quiere hacer con la jornada semanal de las 35 horas', ni si va a mantener el sistema de pensiones por repartición vigente en Francia, donde no existen las pensiones por capitalización privada.
Aubry, que fue ministra de Empleo y Solidaridad, se declara 'estomagada' al oír a Jacques Chirac que la derecha había 'restablecido las cuentas de la Seguridad Social' antes de la llegada de los socialistas, cuando ella se encontró en 1997 un déficit gigantesco.
El presidente francés no se despeina por tales ataques. En lugar de entrar al trapo, ayer se enfundó de nuevo el traje de presidente de la República para convocar al Elíseo al embajador de Israel, a quien exigió 'el respeto de todos los lugares de culto, tanto si son cristianos como judíos o musulmanes'. Y para hoy ha previsto una visita a la Mezquita de París, donde prevé un encuentro con las autoridades religiosas de la comunidad musulmana.
Jacques Chirac no ahorra esfuerzos para transmitir al electorado la idea de que, en estos momentos de grandes turbulencias internacionales, mejor no hacer mudanza.
