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21ª EDICIÓN DE ARCO

La fuerza revulsiva de El Paso vuelve con 110 obras

José Andrés Rojo

A la presentación de En el tiempo de El Paso, la antológica que ha recuperado 11 obras de cada uno de los 10 miembros del grupo y que se podrá visitar en el Centro Cultural de la Villa de Madrid hasta el 7 de abril, sólo pudieron acudir junto a Javier Tusell, comisario de la muestra, Rafael Canogar, Luis Feito, Martín Chirino y Antonio Suárez. Los otros impulsores de aquella iniciativa que sacudió la escena cultural de la España de los cincuenta ya han desaparecido, pero su obra conserva su fuerza creativa.

Ya no están entre nosotros Antonio Saura, Manuel Millares, Juana Francés, Pablo Serrano, Manuel Rivera ni Manuel Viola, los otros miembros de El Paso, un movimiento que nació a principios de 1955 y que trajo a la España de entonces la revolución informalista y una voluntad decidida por sacudir los cimientos de una escena cultural que no se caracterizaba precisamente por su brío y originalidad. El grupo no pretendió identificarse con una tendencia artística determinada. Su objetivo, como explicaba su primer manifiesto de 1957, era el de 'vigorizar el arte contemporáneo español'.

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No era aquél el peor de los momentos del franquismo. 'La España de finales de los cincuenta seguía siendo una dictadura', escribe Tusell en el catálogo de la muestra, 'pero empezaba a serlo de otra manera que en el pasado'. Más que una máquina de terror, el régimen se convertía por entonces en una dictadura burocrática y, como explica Tusell, no vio 'con prevención a un movimiento como El Paso'.

El grupo, por otro lado, aunque inconformista, no utilizaba ninguna ideología política como bandera. Ni tampoco, como se ha dicho, reivindicaba un programa estético determinado. El Paso, pues, quiso ser 'un movimiento de raíces éticas', tal como sugiere Tusell. Quizá una frase que escribió Antonio Saura ilustre su más íntima vocación: 'Lo único que la juventud artística española pide, casi mendigando, es la presencia de una obra de Picasso en cualquier sitio'. Se enfrentaban al páramo cultural en que la dictadura había convertido España. Y lo hacían a través de iniciativas culturales y con sus respectivas obras.

Cuenta pendiente

La exposición sirve, en ese sentido, para saldar una vieja cuenta pendiente con la memoria artística de la segunda mitad del siglo XX. Rafael Canogar insistió en que El Paso es un grupo 'muy mencionado, pero poco conocido'. Feito señaló que se tiende a incluir en el grupo 'a cualquier artista de nuestra generación, aunque no tenga nada que ver con El Paso'. Chirino comentó la voluntad que tuvieron 'por recuperar el sentido de lo español, algo que va más allá de lo estético'.

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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