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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

Prisioneros árabes se hacen fuertes en un hospital de Kandahar

Los amotinados tienen granadas de mano y amenazan con usarlas si son encarcelados

Un grupo de prisioneros árabes, que han combatido en las filas de Al Qaeda, la organización terrorista de Osama Bin Laden, se hicieron fuertes ayer en un ala del hospital de la ciudad de Kandahar, el antiguo bastión de los talibanes. Los amotinados estaban provistos de granadas de mano, que amenazan con emplear si se pretende encarcelarlos.

Los radicales forman parte de un grupo de 19 árabes heridos en los combates que precedieron a la toma de Kandahar por las fuerzas antitalibanes y que habían sido trasladados al hospital por miembros del Comité Internacional de Cruz Roja que trabajan en la zona.

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Como muestra del desorden que reina en Kandahar, baste decir que los prisioneros heridos ingresaron en el hospital sin que nadie advirtiera que llevaban consigo sus armas.

Nada más tenerse noticia del motín, dos milicianos antitalibanes armados con rifles AK-47 se apostaron en la puerta de la sala en la que se hicieron fuertes los árabes sin permitir el acceso a nadie, excepto a un enfermero.

Mientras en la capital afgana, Kabul, la situación está más o menos estabilizada dado que los talibanes y los combatientes árabes decidieron huir en masa ante el avance de la Alianza del Norte, en Kandahar la situación es mucho más confusa, ya que los talibanes se rindieron a las nuevas autoridades afganas el pasado día 7, pero durante días permanecieron todavía armados en el centro urbano.

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Es más, muchos no se han marchado sino que únicamente se han retirado a sus viviendas. Además se desconoce el paradero de muchos de los radicales islámicos de varios países que combatían con los talibanes en Kandahar.

Se trata del segundo motín de importancia que protagonizan los presos que han combatido en las filas talibanes. El anterior se produjo en la cárcel de Mazar-i-Sharif, que provocó cientos de muertos y sólo pudo ser sofocado tras varios días de combate.

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