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'Bin Laden está bien protegido y bien armado'

El horror y la indignación de Tony Blair ante la enormidad de los atentados del 11 de septiembre hierven con tanta intensidad como cuando vio las imágenes televisivas de los aviones que se estrellaban contra el World Trade Center y el Pentágono. Fue uno de los primeros dirigentes mundiales que valoraron la dimensión de la amenaza representada por el terrorismo mundial, y sigue empeñado en completar la tarea de erradicarlo.

En una entrevista concedida el pasado miércoles a The Daily Telegraph en su despacho del número 10 de Downing Street, Blair no parecía tener el menor atisbo de duda sobre la necesidad de ir a la guerra en Afganistán para eliminar la red terrorista de Al Qaeda, encabezada por Osama Bin Laden.

'Siempre me ha parecido poco probable que Bin Laden termine en los tribunales'
'No dudo de que si Al Qaeda pudiera comprar armas devastadoras, las compraría y utilizaría'
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Se han acabado las frases sonoras y la retórica política del nuevo laborismo. Su lugar lo ocupa una sombría valoración de la amenaza que representan los terroristas y el reconocimiento, igualmente realista, de que el conflicto puede suponer bajas entre las tropas británicas.

Tony Blair se enfrenta a la prueba más dura de su mandato como primer ministro. Pero parece preparado para el desafío de dirigir una guerra y reconoce que lo que pretende, en este momento, es preparar a la opinión pública británica para la posibilidad de que se produzcan víctimas mortales en sus fuerzas armadas. 'Es importante ser sinceros con la gente y reconocer que, si enviamos a nuestros soldados, existe un riesgo de que haya bajas'.

'Este conflicto es distinto a cualquier otro. Vamos a actuar en diversos frentes. Puede que las tropas de tierra tengan un papel que cumplir, pero no en el sentido puramente convencional'.

'Hay sitio para los ataques aéreos y también para apoyar a los elementos de oposición al régimen talibán, la Alianza del Norte'. Pero dejó claro que está decidido a hacer frente a los críticos de su propio partido, que han exigido la interrupción de los bombardeos. No obstante, les reprocha que no han sabido proponer alternativas convincentes a la guerra contra el terrorismo. 'En esta situación, no sé cuál es el argumento en contra de que actuemos. ¿Qué se supone que debemos hacer? Si un acto terrorista mata a 6.000 personas en Estados Unidos, ¿qué se espera que hagamos, si no es actuar?

'No dejo de solicitar una respuesta. Y no parece que me la den nunca, aparte de decir que deberíamos negociar con los talibanes, o con Bin Laden, o que deberíamos llevarle ante el Tribunal Internacional de Justicia'.

Blair dice que ya no queda ninguna duda de que la organización de Bin Laden está detrás de los atentados del 11 de septiembre. 'La única pregunta que ya no me hacen en ninguna parte del mundo es: '¿Dónde están las pruebas de su culpabilidad?'. Hasta las cosas que él mismo ha dicho desde el 11 de septiembre dejan perfectamente a las claras que su organización es la responsable'. 'Llevar a Bin Laden ante un tribunal internacional', dice, es 'una cuestión un poco teórica', si bien deja muy claro que preferiría que Bin Laden muera durante una acción militar que como consecuencia de una acción deliberada de asesinato de Estado.

Charles Moore. ¿Es mejor que Bin Laden muera o que sea capturado?

Blair. Creo que es mejor impedirle que siga.

Moore. ¿Tenemos derecho los británicos a asesinarle?

Blair. Tenemos derecho a emprender acciones contra él. Lo autoriza una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Moore. Da la impresión de que la CIA cuenta ahora con la autorización para asesinarle.

Blair. No creo que sean verdaderamente ellos los autorizados a hacerlo. Están autorizados a emprender acciones contra él. Está bien protegido y bien armado. Y siempre me ha parecido poco probable que termine un día en los tribunales. Habrá que esperar.

El primer ministro británico dice que, en opinión del Gobierno, Bin Laden está todavía en Afganistán y moviéndose constantemente. Los ataques dirigidos por los norteamericanos han destruido sus nueve campamentos terroristas y 98 instalaciones militares. Veinticuatro guarniciones han quedado muy dañadas o destruidas. En estos momentos, todo el poder aéreo de los talibanes ha perdido su operatividad. 'Los campamentos terroristas están inutilizados, pero todavía queda mucho trabajo, la búsqueda de los miembros de la organización'.

Blair parece sinceramente abrumado por la dimensión y el poder de la red Al Qaeda, y advierte que la organización pretende adquirir la tecnología para fabricar armas de destrucción masiva. 'Esta gente tiene unas finanzas tan sólidas como algunos países pequeños. Su capacidad de comprar cualquier cosa que esté en venta es prácticamente ilimitada, así que debemos atacar su modo de financiación para reducir sus posibilidades de comprar esas armas'. Y agrega: 'No tengo ninguna duda de que, si la red de Bin Laden pudiera comprar armas de destrucción masiva realmente devastadoras, las compraría y las utilizaría'.

Afganistán es el 'centro' de una inmensa red con tentáculos en todo el mundo. La ofensiva militar contra los talibanes es la primera fase de la operación contra el terrorismo internacional. Sin embargo, Blair promete que habrá deliberaciones y consultas con los demás miembros de la coalición internacional antes de emprender acciones contra cualquier nación de la que se sospeche que acoge a terroristas.

Desmiente las informaciones de que, inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre, ejerció una infuencia moderadora sobre el presidente Bush. 'Desde el principio, ante la enormidad de lo que había ocurrido, George W. Bush comprendió que era más importante hacer las cosas bien que apresurarse. Desde nuestra primera conversación vi que estaba horrorizado pero que tenía claros sus objetivos, y que limitarse a tomar represalias para causar impresión no estaba bien ni era sensato'.

Blair dice que, aunque 'el terrorismo no tiene grados', los atentados del 11 de septiembre han hecho ver a la gente que si el grupo de Bin Laden pudiera haber matado a 60.000 o 600.000 personas, lo habría hecho.

'En cambio, antes de esa fecha, cuando murieron 29 personas en Omagh, pensamos que era la acción terrorista más terrible de todas. Hay algo en la dimensión de lo sucedido en Estados Unidos que ha trastornado la sensación de seguridad de la gente. Por eso, cuando se analiza, no hay más remedio que pasar a la acción'.

Blair reconoce que el presidente egipcio Mubarak tiene razón cuando se queja de que se le den lecciones sobre la necesidad de combatir el terrorismo mientras Gran Bretaña ofrece refugio a personas buscadas en su país, acusadas de terrorismo.

Refiriéndose al IRA (Ejército Republicano Irlandés) señala que ha cruzado el Rubicón con su decisión de empezar a entregar parte de sus armas. Quiere destacar el contraste entre el éxito del proceso político en Irlanda del Norte y el punto muerto alcanzado en Oriente Próximo. Dos conflictos, dice, entre los que hay semejanzas. Y deduce que 'es mejor tener un proceso en el que el diálogo y las negociaciones sigan adelante, a pesar de todas las dificultades, las contradicciones y las concesiones, que no tener ningún proceso. Porque lo que ocurre en este caso es que ese hueco lo ocupan los asesinos'.

Hace una distinción: 'Existe una gran diferencia entre una situación en la que el conflicto tiene un origen real, un desacuerdo político, que más vale intentar resolver mediante el diálogo y la negociación, y otra en la que hay unos terroristas que no plantean ninguna exigencia, aparte de unas demandas totalmente imposibles, y que están dispuestos a matar a personas inocentes para obtener sus fines'. Y finaliza: 'Confío en que Israel recurra a la moderación en estas circunstancias'.

Blair destaca su interés por ganar el apoyo de los sectores moderados de la opinión pública árabe y musulmana para la acción militar. Pero niega las insinuaciones de que los líderes musulmanes no han dicho con suficiente claridad que el islam no puede servir de justificación para el 11 de septiembre.

Blair concluye la entrevista con una firme insinuación de que, como consecuencia de la guerra contra el terrorismo, las fuerzas armadas pueden estar seguras de que contarán con más presupuesto.

Blair se dirige a los delegados en la convención del Partido Laborista celebrada en Brighton el pasado día 2.
Blair se dirige a los delegados en la convención del Partido Laborista celebrada en Brighton el pasado día 2.REUTERS

El líder que leyó el Corán y la Biblia

En los primeros días del conflicto, Blair estudió el Corán para comprender mejor a los musulmanes. También ha estudiado el Antiguo Testamento, y cree que hay fragmentos en ambos libros, de carácter sagrado para sus fieles, que han sido utilizados por fundamentalistas islámicos y cristianos para justificar sus acciones.

'Igual que ocurría con el Antiguo Testamento, el Corán se recitaba en momentos determinados, y hay toda una historia relacionada con las batallas concretas que se libraban en esos instantes'. 'Es lo mismo: cuando se lee el Antiguo Testamento, se ven ejemplos de las batallas más sanguinarias. El otro día vi un fragmento sobre Jehú (Reyes II, 9) y la matanza de muchas personas en el nombre del Señor'. Y añade: 'Es decir, se pueden sacar trozos del Corán, como del Antiguo Testamento, y asignarles un significado concreto. Pero es importante comprender que la concepción fundamentalista del islam, con todas sus actitudes respecto a las mujeres, respecto a la libertad religiosa y la relación entre la religión y el Estado, cuenta con la oposición de muchísimos clérigos, estudiosos y teólogos de otras zonas del mundo musulmán'.

'Debemos afrontar nuestra ignorancia sobre distintos aspectos del islam desde el punto de vista de Occidente', afirma. 'Si alguien se levanta y dice que es fundamental salir a matar musulmanes, ¿por qué va a ser eso menos delito que decir que hay que salir a matar negros?'.

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