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Entrevista:Caetano Veloso | Músico

'En cada brasileño hay un amo y un esclavo'

Caetano Veloso cumplirá 59 años a primeros de agosto. Acaba de pasar dos días en Madrid para actuar en Hable con ella, la película que está rodando su amigo Pedro Almodóvar. Un viaje familiar, en compañía de su mujer, la productora Paula Lavigne, y de sus dos hijos pequeños, Zeca, de nueve años, y Tom -así bautizado en homenaje a Antonio Carlos Jobim-, de cuatro. El artista brasileño, cuya voz se escucha en las nuevas grabaciones de Cesaria Evora y los Super Seven, dará algunos conciertos por Europa en otoño para presentar su último disco, Noites do norte, en el que aborda la cuestión racial en su país.

Pregunta. La pérdida hace unos meses de la guitarra con la que ha estado grabando y actuando todos estos últimos años le tiene compungido.

'En la película de Almodóvar hago de mí mismo. No es como en 'La flor de mi secreto', que únicamente se oía mi voz'

Respuesta. La llevé a una fiesta en una casa en la playa y cuando ya me retiraba una persona conocida me insistió para que se la dejara y poder así seguir tocando. Me dijo que me la llevaría a casa al día siguiente y no supe negarme. La guitarra desapareció. Nunca más se supo. Una historia lamentable.

P. Le ha afectado mucho.

R. Me quedé casi sin voz. Y estoy todavía con problemas. Lo achaco a eso. Robaron mi guitarra y me sentí tan mal que, al llegar el estreno del espectáculo de mi último disco, tuve que cantar en pésimas condiciones. No tienes la guitarra con la que siempre tocas y te queda una tremenda sensación de vacío. Sería como perder a una persona querida, que en este caso eres tú mismo.

P. ¿Qué hace en la película de Almodóvar?

R. Hago de mí mismo. Pedro barajaba tres guiones para filmar y uno de ellos incluía una aparición mía cantando en la fiesta de un grupo de amigos. No es como en La flor de mi secreto, que únicamente se oía mi voz.

P. Imagino que va a cantar aquella versión de 'Cucurrucucú paloma', de su disco Fina estampa, que Almodóvar ha definido como una canción de cuna para cabaré.

R. Desde la primera vez que escuchó mi grabación quiso incluirla en una de sus películas. Ya la iba a utilizar en La flor de mi secreto, pero unos chinos, sin pedirme permiso, la colocaron en la película Happy together y él desistió. Ahora me ha pedido que la cante en esta nueva película y también Lamento borincano. La idea inicial es quedarse con Cucurrucucú paloma, una canción que emociona al personaje masculino principal, aunque no sé qué hará al final.

P. Ahora hay otro Veloso en la música, su hijo mayor, Moreno, de 27 años, que ha publicado un primer disco.

R. Moreno es mi consejero. No sólo en las cuestiones técnicas de mi disco Noites do norte, sino en otros aspectos de la vida. Me parece muy sabio y me siento muy orgulloso de él. No le afecta lo que la gente pueda pensar por el hecho de ser hijo mío. Ahora mismo está de gira por Europa con el grupo de Melvin Gibbs.

P. Moreno dice que le considera integrante de un grupo de formación literaria mientras que él y sus amigos pertenecen a una generación formada por la tecnología.

R. Es una visión generacional aunque tiene razón porque la televisión llegó a Bahía cuando yo cumplí 18 años. Así que crecí sin televisión y él con el ordenador.

P. Su hijo asegura no leer periódicos y usted es un lector voraz...

R. Yo tampoco los leía hasta que tuve 30 años. Fue por Glauber Rocha. Durante la dictadura militar, el cineasta escribió algunas cosas favorables al presidente Geisel. Una actitud blasfema por parte de alguien de izquierdas. Y aquello provocó un escándalo. Yo quería saber lo que estaba pasando. Empecé a leer cada día para seguir aquel asunto y me enganché. Por lo menos, leo dos o tres periódicos brasileños todos los días. Los dos diarios extranjeros que más me gustan son EL PAÍS y The New York Times.

P. Suele tener sus más y sus menos con la prensa brasileña. A un periodista de São Paulo le espetó: '¿Ustedes no hacen cosas más abyectas de lo que pueda hacer cualquier músico con tal de vender más periódicos?'

R. Luego hizo una crítica muy graciosa de mi concierto. Le otorgó la máxima puntuación, diciendo que yo era una isla de excelencia, y al mismo tiempo escribiendo en su artículo diversas ofensas. Cosas horrendas. No entiendo por qué [se ríe].

P. Da la impresión de disfrutar con esas polémicas...

R. El periodismo creó una contradicción cómica. Porque es en el periodismo donde más se cultiva una especie de crítica de la industria cultural. Y uno de los aspectos más sucios de esa industria es precisamente la prensa. A veces quieren ser muy puritanos en relación a la música popular. Ellos, que hacen algo bien comercial, y no pestañean a la hora de crear situaciones sensacionalistas para que el periódico venda, comentan el resto de las cosas como si fuesen Adorno.

P. Al editar en Brasil Noites do norte, prefirió no dar entrevistas y publicar un amplio texto sobre el disco en su página web.

R. Quería evitar esa carrera contra reloj de los periodistas para publicar la materia al día siguiente. Cuando sale un disco, un libro o una película, los artículos suelen ser muy superficiales porque no hay tiempo de asimilar lo que has visto u oído. Todos los medios hablan de lo mismo el mismo día, y después se olvida. Entiendo que el periódico corra con el fin de ofrecer al público las noticias frescas, pero la apreciación de una obra no necesita esas prisas. Lo que precisa es profundidad.

P. Noites do norte aborda la cuestión racial en Brasil.

R. La lectura del libro de Joaquim Nabuco Minha formação fue fundamental para el disco. Desde darle el título hasta sugerir una tendencia temática. Lo que Nabuco decía es que los esclavos no sólo construyeron todo lo que es la civilización en Brasil. La institución de la esclavitud contaminó de tal manera la formación de la sociedad brasileña que vamos a necesitar mucho tiempo para superar su legado.

P. La esclavitud como la característica nacional de Brasil.

R. Eso es lo que Joaquim Nabuco escribió. Que permanecería por mucho tiempo.

P. ¿En qué se observa hoy esa herencia?

R. En muchas cosas. No sólo en las estadísticas que muestran que los descendientes de los esclavos africanos tienen una situación social inmensamente inferior a la de los descendientes de los colonizadores ibéricos, aún y a pesar de la gran mezcla.

P. El libro de Nabuco le tiene absolutamente fascinado...

R. Es que analizó, en la segunda mitad del siglo XIX, antes de la abolición y de una forma extraordinariamente lúcida, los aspectos más complejos de la situación del negro esclavo en Brasil y lo que iba a resultar de ella. Me impresiona mucho su observación de que Brasil, al no ejercer la nítida segregación por razas de Estados Unidos, introdujo los mecanismos de la esclavitud en todos los ambientes sociales. Y una consecuencia de eso: cada individuo brasileño es un compuesto de amo y esclavo. Y ese compuesto es el que tenemos el deber de convertir en ciudadano.

P. Comentó recientemente que la distribución de rentas hace de Brasil un país criminal. ¿Ha seguido los sucesos de días pasados en Génova?

R. Sí, claro, han ocupado las portadas de los periódicos brasileños. Me llama mucho la atención esa protesta política pública. ¿Qué pienso? Que tarde o temprano tenía que pasar. Hubo cierto triunfalismo de los países ricos del mundo capitalista a raíz de la negación de la experiencia socialista. Y me parece un triunfalismo muy peligroso. Nunca me ha gustado. Los países que ya son ricos tomaron las medidas proteccionistas para sus respectivas economías cuando lo estimaron necesario. Y ahora recetan a los países pobres o en vías de desarrollo un modelo de apertura con el que la distancia entre pobres y ricos únicamente puede aumentar.

P. Hace diez años grabó una canción, Fora da ordem, con una letra dura -'aquí todo parece que es todavía construcción y ya es ruina'- y un estribillo que repetía: 'Alguna cosa está fuera del nuevo orden mundial'

R. No creo que debamos someternos a un orden mundial que puede provocar graves desórdenes porque está planeado para mantener la riqueza en los lugares donde ya está instalada. Con Bush eso se tornó explícito. Habla abiertamente de no firmar un protocolo para proteger al planeta de las emisiones de gases de efecto invernadero ya que en primer lugar está el bienestar de los estadounidenses.

Caetano Veloso.
Caetano Veloso.ANTHONY BARBOZA
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