_
_
_
_

'Con semejante líder conservador, no hay campaña que pueda ser eficaz'

Berna González Harbour

Que Anthony Giddens adore hablar sobre la tercera vía, que al fin y al cabo es su gran criatura, no tiene nada de extraño. Lo sorprendente es la pasión y la ironía rampante con que habla de la crisis de los conservadores británicos. En conversación con EL PAÍS desde Londres, Giddens se despacha a gusto al hablar de los desastres que le esperan al partido tory y a su candidato, William Hague. 'Los conservadores tienen el líder equivocado y las políticas equivocadas. Con semejante situación, no hay campaña que pueda ser eficaz', asegura el director de London School of Economics, sociólogo de 63 años y creador de la tercera vía con la que Tony Blair obtuvo su victoria en 1997 y transformó el Partido Laborista británico.

Más información
'The Times' apuntilla a Hague al pedir el voto laborista por primera vez en su historia
Los británicos comienzan a perder el miedo a Europa y al euro como arma electoral
'Estoy encantado de que Thatcher vaya a reforzar nuestro voto'
Thatcher, antes muerta que europea
Hague lanza sus ataques más agresivos y Blair le acusa de buscar la abstención
Blair reclama una amplia mayoría hoy en las urnas para acabar de enterrar el thatcherismo

Pero, realmente, ¿qué puede hacer el Partido Conservador ahora que Giddens le ha robado el centro? Él admite que una de las razones del fracaso de los tories en esta campaña es la tercera vía. 'Si los conservadores se han quedado en la marginalidad es por el éxito del nuevo laborismo, que ha conseguido votos en áreas que antes votaban a los tories. Los laboristas han empujado a los tories a los márgenes con su éxito', asegura. Y su única salida debe ser volver al centro. Pero no es ésta la única razón de su fracaso. Sus divisiones en el tema europeo, cuenta el profesor, son también campo minado para su futuro. 'Uno de los dirigentes tories, Kenneth Clarke, por ejemplo, es marcadamente proeuropeo y en pocos días va a lanzar un gran alegato proeuropeo. Pero los nuevos jóvenes tampoco son proeuropeos. Tienen un gran problema de división'.

Los laboristas, reconoce Giddens, también tienen sus divisiones sobre Europa, pero el mayor problema que van a afrontar es el siguiente: 'Hay un gran dilema para el partido: para ganar el referéndum sobre el euro hay que empeñarse en una gran campaña de propaganda, pero cuanto más fuerte sea ésta, mayores problemas tendrá el Gobierno si lo pierde. Lo mejor que puede ocurrir es que el euro se fortalezca. Eso nos ayudaría mucho'. Giddens, partidario de la incorporación al euro, cuenta que aunque un 70% es contrario al euro, sólo un 25% está fanáticamente en contra. Para el 50% de los contrarios el euro no es una prioridad. Por ello, 'es posible ganar el referéndum'. Y cree que si mañana la victoria laborista es grande, se celebrará en los próximos dos años.

El profesor calcula que para obtener esa gran victoria que pronostican los sondeos es necesaria una participación de al menos el 70%. Y en tal caso, no ve ningún peligro en una inmensa mayoría. 'Mientras el Partido Laborista siga siendo sensible a los problemas y continúe cumpliendo sus programas, será mejor que esté en una posición fuerte. Una gran victoria para los laboristas también es importante para el centro-izquierda de Europa'. Ese centro-izquierda se ha transformado y aplica las ideas de la tercera vía, llámese como se llame. 'Para mí, la tercera vía sólo es una definición de la política socialdemócrata en Europa. En Europa, con la excepción de España, la socialdemocracia estuvo fuera del poder durante mucho tiempo. Y ahora todos los partidos han cambiado.En un sentido genérico, la tercera vía está en todas partes. Nunca pensé que era sólo una idea para Blair, era una reestructuración de la socialdemocracia, había que hacer estos cambios y todos los partidos los han hecho. No es que sean todos iguales, pero el centro-izquierda es bastante similar. Entre Jospin y Blair, por ejemplo, hay más diferencias retóricas que reales. Y que se use o no el término, a mí no me importa'.

Esa tercera vía, defiende, es la que ha llevado al Partido Laborista a la posición que hoy tiene. 'Es la primera vez que un Gobierno laborista no está en crisis económica al final de su primer mandato'. Y una vez lograda la estabilidad económica, 'es la hora de la educación, la sanidad y el transporte'. Él sí cree que será posible esa enorme inversión pública prometida por Blair sin subir los impuestos, ya que 'la estrategia fiscal es correcta: conseguir mayor recaudación a partir de nuevos trabajadores, gracias a la disminución del paro, y no de un incremento de impuestos'. Al Gobierno de Blair, sin embargo, le falta mucho, sobre todo en comunicación. 'Tiene que articular qué tipo de país quieren. Tienen un problema de comunicación. La gente cree que el nuevo laborismo está vacío de contenidos. Yo sí creo que tiene contenidos, pero tienen que comunicarlos'.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_