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El terremoto destroza la previsión de crecimiento de El Salvador

El pasado primero de enero, el Gobierno salvadoreño había dolarizado su moneda y todas las transacciones financieras para disponer de una moneda fuerte, captar inversiones y promover un crecimiento económico que bajó al 2,5% durante el pasado ejercicio. La magnitud del desastre, sin embargo, determinará una modificación de las prioridades y probablemente elevará el déficit fiscal al aumentar el gasto público que reclaman los cerca de 200.000 damnificados. Además, el terremoto también ha activado los choques entre la gubernamental y conservadora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

El departamento de Obras Públicas deberá agotar su presupuesto anual para reparar vías de comunicación, incluidas aquellas que enlazan con Guatemala y Honduras, puentes y edificios públicos, y deberán habilitarse créditos y subvenciones para afrontar la reconstrucción de las 124.000 viviendas dañadas o derruidas. El Salvador, habitado por seis millones de personas, lucha por recuperar la normalidad después de haber sido asolado por un terremoto, con una intensidad de entre 7,6 y 7,9 grados, que borró del mapa a aldeas enteras.

El sector empresarial también figura entre los damnificados. 'EL 10% de las empresas del territorio nacional se desplomó', calculó el ingeniero José María da Pinto. La industria del café, principal producto de exportación, sufrirá las consecuencias al temerse una masiva emigración entre los 130.000 cosecheros. 'El terremoto le ha pegado duro a los campesinos', declaró Ricardo Espitia, director de Consejo Salvadoreño del Café.

Demasiada burocracia

La prioridad es, sin embargo, atender a los más necesitados y débiles de una nación con 43 de sus 262 cabeceras municipales en estado catastrófico. Las demandas de las víctimas superan los recursos disponibles, y diariamente los equipos de rescate oficiales y extranjeros reciben nuevas peticiones de ayuda. 'Las cosas no funcionan bien. Ésa es mi visión como miembro de la oposición y alcalde', declara el alcalde de San Salvador, Héctor Silva, del FMLN. 'Demasiada burocracia para la dinámica que se necesita. El presidente Mauricio Ferrer, director del gubernamental Comité de Emergencia Nacional (COEN), sostiene que hay demasiado amarillismo en las informaciones publicadas, que las protestas son a veces infundadas. 'Es por la idiosincrasia de nuestra población, que siempre se centra en el paternalismo, y mucha gente se aprovecha para hacerse pasar por damnificada'. La orden del jefe de Gobierno, subraya, fue atender primero a los lugares más severamente golpeados, 'pero la ayuda no llega al mismo tiempo. Creo que el Gobierno se ha volcado desde el primer momento de la crisis'.

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Los más canallas se volcaron en el aprovechamiento delictivo de la tragedia. Fueron detenidas varias personas que se hacían pasar por miembros de la Cruz Roja, o de otras instituciones benéficas para recabar miles de mantas o alimentos, y después revenderlos a los compatriotas desesperados. El ayudante de un forense llegó a robar a los muertos tendidos en el suelo de las morgues instaladas en San Salvador. Y en una muestra de las viejas y profundas rencillas políticas, el Congreso concluyó una sesión sin ponerse de acuerdo sobre una muestra de la solidaridad legislativa: donar a un fondo común tres días del salario de los diputados. 'Es lamentable que no se haya dado. No entiendo por qué', se dolía el parlamentario René Aguilluz.

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