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48º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

"Tengo talento para el cine, pero no vocación"

Con las canciones en español de Fina estampa acabó de ganarse la devoción del público. En su haber, más de 30 discos (el último en estudio, Livro, premiado con un Grammy), una autobiografía (Verdade tropical), bandas sonoras como las de Tieta de agreste y Orfeu, y la película que dirigió en 1986, Cinema falado. A sus 58 años, cumplidos el mes pasado, Caetano Veloso se ha convertido en un icono de la cultura brasileña. Hoy canta con David Byrne, a beneficio de los meninos de rua de Brasil, en el velódromo de Anoeta, en San Sebastián, donde también se presentará su único largometraje, junto a películas firmadas por músicos como Bob Dylan (Renaldo and Clara), Neil Young (Human highway) y el propio Byrne (True stories'). Caetano Veloso, que ejerció de crítico de cine en un diario de su Santo Amaro natal en 1960 y habla con entusiasmo de títulos recientes de la cinematografía de su país, afirma: "Hago música popular, pero estoy enamorado del cine".Pregunta. En un periódico carioca escribió que su música está llena de imágenes invisibles que vinieron de la gran pantalla.

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Respuesta. Yo debería haber sido cineasta, porque no tengo tanto talento para la música. No lo logré porque me pareció difícil la vida del director de cine. Tal vez tuviese talento, pero no tengo vocación. Sí que la tengo para la vida de músico. Escribes la canción, luego viajas y las personas te ven... No necesitas madrugar para ir al trabajo y no tienes que hablar con banqueros ni con funcionarios del Estado.

P. Catorce años después de rodarla, hoy se proyecta Cinema falado en un festival que rinde homenaje a Bertolucci.

R. Su última película es una de las más hermosas que yo haya visto en los últimos años. ¡De una inspiración y una elegancia! Si me pongo a pensar en Besieged y en que Bertolucci está aquí, entonces no creo que mi película sea una película.

P. Según Jean Renoir, todo lo que se mueve en una pantalla es cine...

R. Tenía razón. En realidad, me gusta mi película. Hay gente que habla y en algunos momentos salen personas bailando. Son textos que escogí de la literatura y traduje, como en el caso de Gertrude Stein, o míos. Y hay un larguísimo monólogo de Gran Sertón, de Guimarães Rosa, que es una novela rural, aunque yo coloqué a un tipo con gafas dentro de un apartamento...

P. Hace 20 años que su amigo Pedro Almodóvar presentó en San Sebastián su primer largometraje. ¿Qué opina de su cine?

R. Desde que descubrí La ley del deseo es el cineasta que más me ha interesado. Me impresiona la frescura de su cine, su vitalidad. Para mí es un matrimonio insospechado del Godard de Une femme est une femme con aquellos fantásticos dramas mexicanos como Con quién andan nuestras hijas.

P. Él asegura que ustedes dos tienen una sensibilidad común.

R. En cuanto vi su primera película, me sentí inmediatamente identificado. Con Woody Allen me pasó lo contrario, porque me parece que pertenece a otro mundo mental. Almodóvar comenzó a pensar y a sentir después del pop art, del nuevo rock and roll inglés... Entre su cine y el tropicalismo hay mucho en común, como la capacidad de parodiar aquello que se ama, con mucha cosa kitsch, de mal gusto, vulgar...

P. Se rió usted con el Diccionario de cine, de Trueba, y citas como la de Billy Wilder: "Trabajar en el cine era vergonzoso, lo más despreciable. Gracias a Dios, se inventó la televisión".

R. ¡Es lo máximo! Somos muy diferentes, pero Trueba tiene ese humor español, que es una de las cosas más maravillosas de este mundo. Cuando cuenta la historia del Oscar, o cuando habla sobre el cine americano y su relación con la industria de armas, el tono serio en que lo hace, esa manera neutra de hablar como si no estuviese siendo gracioso y siéndolo mucho. Con cierto gusto por la blasfemia, que es la sazón de ese humor.

P. Se declara apasionado por la poesía del cine de Fellini. En 1997 dio un recital en Italia en homenaje al director italiano y en el disco Omaggio a Federico e Giulietta confiesa haber conversado con ellos en sueños...

R. Durante años soñé que nos encontrábamos y hablábamos sobre la vida. Tengo una gran deuda con el cine italiano. Acabo de escribir una canción para mi próximo disco que se titula Michelangelo Antonioni. Una deuda que voy pagando poco a poco, y que con Besieged creció enormemente. Me parece el verdadero renacimiento del gran cine europeo. La mayoría de las películas estadounidenses son burdas comparadas con la de Bertolucci.

P. El personaje de Carmen Miranda siempre le ha fascinado... ¿Es cierto que su primer guión se inspiraba en ella?

R. Sí, lo empecé a escribir al regresar del exilio de Londres en 1972. David y yo vamos a cantar juntos una canción que se titula Dreamworld: Marco de Canaveses, que es el nombre de la ciudad en que nació Carmen Miranda, en Portugal. En mi letra, ella es cafuza, mestiza de negro con indio, una mezcla donde el blanco no entra. Carmen Miranda, una portuguesa que acabó siendo el símbolo de Brasil.

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