La Abadía estrena una obra de Javier Tomeo sobre el miedo al fracaso 'Los misterios de la ópera' habla con humor del camino a la frustración

El sueño de una soprano, estrenar un wagner, está a tan sólo unos pasos cuando ella se confunde de pasillo y acaba en el sótano, frente a un juez que la somete a un cruel interrogatorio sobre sus verdaderas intenciones frente al triunfo o la frustración. Éste es el meollo de Los misterios de la ópera, de Javier Tomeo, que Geografías Teatro pone hoy en escena en el teatro de La Abadía, de Madrid, bajo la dirección de Carles Alfaro.

La obra, inicialmente una novela del escritor oscense, incluye para el teatro a un personaje que está mudo en la versión narrativa: el ujier, interpretado por Emilio Gavira, como explicó Carles Alfaro. "Es el alma gemela, protector y vigía del interrogador ", describió Alfaro la pasada semana durante la presentación de la obra. "Al mismo tiempo", continuó, "ayuda a que la soprano Brígida [interpretada por Jeannine Mestre] se someta a las regresiones que explican su trayectoria hasta ese momento y el ujier encarna personajes como la madre de la cantante; es una suerte de médium para el juez".De esta forma, sobre el escenario, que "recrea los oscuros laberintos del subconsciente" con un atrevido juego de luces diseñado por David Pujol, se suceden las preguntas implacables del juez que quiere averiguar si Brígida realmente quería triunfar y sacar adelante su sueño, confiando en sí misma y apostando por su talento, o perderse por los vericuetos fáciles de la frustración y, con tal de no arriesgarse al fracaso, prefiere la oscuridad del anonimato. Los tres personajes están así cercanos al esperpento "pero no en lo cómico, sino en lo que de ridículo tiene nuestro comportamiento ante las dificultades", como destacó Alfaro.

Tanto el director de la obra como la actriz protagonista confesaron que cuando tomaron en sus manos la novela, la leyeron "de un tirón". "Cuando leí la novela no paré de reírme todo el rato", admitió Jeannine Mestre, quien destacó que es "la primera vez que Tomeo saca a primer plano a un personaje femenino". "Me gustó porque no era tan intelectual como las otras obras, porque dispone de una gran inmediatez y accesibilidad, y tiene una gran humanidad y un enorme humor". "El hecho de llevar esta obra al teatro fue un empeño personal de Jeannine", aseguró a Efe Javier Tomeo, "y como es amiga mía, me pareció de perlas".

Tomeo, a quien desde el principio gustó la adaptación teatral, estrenada a primeros de este año con éxito en Zaragoza, afirma que Los misterios de la ópera "llega a Madrid en un momento óptimo, porque ha madurado, y un producto cultural es algo que se va perfeccionando con el tiempo, a medida que se va representando".

Por su parte, el director sostuvo su fidelidad al texto original de Tomeo. "Cuando te enfrentas a una de sus obras sientes de inmediato la tentación de llevarla al teatro, porque todas son muy dialogadas, las situaciones ocurren en un mismo espacio y las reacciones de los personajes son muy metafóricas y representativas de los momentos culminantes de la vida", dijo Carles Alfaro. "Me mantuve fiel al espíritu, no había que inventar ni recrear nada", continuó Alfaro, elegido por la compañía Geografía Teatro precisamente para dirigir esta obra en concreto, como explicó el fundador del grupo, Abel Vitón. "La compañía coge el texto y elige a la gente que quiere para hacer el montaje, y en este caso, Jeannine y yo estuvimos de acuerdo en que le iba como anillo al dedo a Carles Alfaro". Esta obra, que está en Madrid hasta el 30 de abril, se estrenará en el teatro Rialto de Valencia el 10 de mayo. "En verano esperamos tener la gira contratada", concluyó Vitón.