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Los artistas quieren negociar la reducción del porcentaje de ventas de los galeristas

Las asociaciones de los dos colectivos harán frente común para reclamar mejoras fiscales

Los artistas españoles quieren modificar el actual sistema de relaciones que tienen con las galerías. Entre sus reivindicaciones figuran la exigencia de contratos por escrito y la disminución del porcentaje que se quedan las galerías por la venta de cada obra. Actualmente, aseguran, el mínimo que percibe la galería es el 50%, cantidad que ellos quieren rebajar al 30%. Estas propuestas figuran en el código de relaciones entre galeristas y artistas que ha aprobado la Unión de Artistas Españoles, que agrupa a 10 asociaciones con un total de 2.500 afiliados, y ahora negociará con los galeristas.

"Las relaciones entre artistas y galeristas no están equilibradas, porque en muchos casos hay una posición de abuso por parte de la galería", afirma Florenci Guntín, miembro de la comisión ejecutiva de la Unión de Artistas. "En momentos de crisis, la situación se agrava; pero ahora que la economía va bien, nos parece que es un buen momento para plantear esta cuestión". Este organismo, que agrupa a las diferentes asociaciones españolas -cuyo presidente honorario es Luis Gordillo, aunque su presidenta efectiva es Concha Jerez-, se creó hace dos años y estos últimos meses se ha enfrascado en un amplio debate interno centrado en la elaboración de este código de relaciones entre artistas y galeristas, que en breve harán público. "La idea es abrir este debate y negociarlo con los galeristas, que es un colectivo en el que hay mucha variedad", afirma Concha Jerez.

Los artistas proponen, por ejemplo, que a partir de ahora el porcentaje mínimo que se quede la galería sea del 30% sobre el precio de venta, si bien éste puede aumentarse hasta alcanzar el 50% en función de los servicios que ofrece cada galería a sus artistas. Es una propuesta que aún no conocen las galerías, pero su objetivo es que sirva para elaborar un código conjunto entre ambos colectivos que pueda ser asumido por las distintas asociaciones, lo que lo convertiría en vinculante para todos los asociados.

Frente común

En otros aspectos, artistas y galeristas hacen frente común, como en la demanda a las administraciones públicas de una política de proyección exterior del arte contemporáneo español y, especialmente, en la petición de mejoras fiscales.

Este último punto es el que más preocupa de momento a la Unión de Asociaciones de Galerías de España, que agrupa en conjunto unos 500 establecimientos. Su nuevo presidente, el galerista mallorquín Bernardo Rabassa, que propugna un clima de diálogo y actuación conjunta con las asociaciones de artistas, insiste en que la principal batalla de las galerías europeas, cuya federación se reunirá el domingo en el marco de Arco, es la unificación del IVA en un 7%. Es el que tiene Alemania, si bien en otros países europeos es mucho mayor, como es el caso de Italia, un 21%, o España, un 16%. "El problema es que ahora ningún Gobierno quiere negociar alegando que de todas formas, en el 2002, el tema pasará a depender de Bruselas", afirma Rabassa.

Esta situación provoca desequilibrios entre los diferentes países. "El mercado alemán es así de fuerte, en parte, porque tiene este IVA tan bajo", afirma la galerista Helga de Alvear, buena conocedora del entorno artístico germánico. "Además, esto provoca todo tipo de trampas, en lugar de clarificar el mercado. Yo misma, como coleccionista, he realizado operaciones en Alemania para aprovechar sus ventajas fiscales", afirma. "De esta forma, quienes se aprovechan son ellos, no los españoles. Todo el mundo está dispuesto a pagar sus impuestos, pero tienen que ser razonables". Según el director general de Ifema, Fermín Lucas, la fiscalidad afecta al comercio del arte, aunque la feria se presenta como un foro de debate e incluso reivindicativo, pero no "como presión". Lo que sí han celebrado los galeristas es la entrada en vigor desde el pasado 1 de enero, por la nueva ley de medidas fiscales, de la reducción del 16% del IVA a las sociedades corporativas y empresarios por la compra de obras de arte. De esta medida quedan excluidas las fundaciones, asociaciones, museos, organismos públicos, entidades bancarias y particulares.

Esta reducción es "un paso importante", según el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, partidario de que el Gobierno haga en este campo "una labor de estímulo con medidas legales y fiscales incentivadoras". Es partidario de separar las leyes: una más estable para las fundaciones y otra para mecenazgo adaptada a la marcha de la economía. El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, dijo ayer que el Gobierno "continuará haciendo más esfuerzos fiscales, siempre dentro de una política económica austera", sin definirse sobre el IVA del arte.

El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, también insistió ayer, durante una visita de más de tres horas a Arco, sobre la necesidad de incentivar el arte español y la industria de la cultura, y consideró que "para ello es fundamental el apoyo de la iniciativa privada y el de las administraciones públicas".

Almunia dijo que esperaba que los resultados económicos de Arco fueran aún mejores que los del año anterior y que "esto siga avanzando y que sirva para que nuestros artistas plásticos no sólo sean conocidos en España, sino también más allá de nuestras fronteras".

La proyección internacional, precisamente, es una de las principales demandas tanto de galeristas como de artistas, que se quejan de que las ayudas para asistir a ferias internacionales se han reducido en los últimos cinco años.

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