_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La "decadencia" de un modelo

José Luis Pardo

¿Por qué Sartre, en otro tiempo tan celebrado, está hoy tan olvidado? Su obra le sitúa como uno de los grandes de la filosofía del siglo XX. Como su casi contemporáneo Bertrand Russell, además de ser un gran pensador -aunque justamente porque lo era-, Sartre fue una encarnación del tipo de intelectual heredero del philosophe del Siglo de las Luces (De Gaulle le comparaba a veces con Voltaire para explicar por qué no podía ordenar su detención), el hombre de letras que aprovecha el hecho de tener el reconocimiento de un público lector culto para desempeñar el papel de instancia crítica en el espacio de la opinión pública, papel tradicionalmente ligado a la prensa escrita al menos desde el Yo acuso de Zola: el escritor que interviene en el debate social y político en defensa de unos valores universales, asociados precisamente a las humanidades, valores que rebasan con mucho los intereses de las comunidades nacionales y de las urgencias inmediatas, y que son capaces de inspirar movimientos de renovación moral y políticamente relevantes. La "decadencia" de este modelo de intelectual tiene, sin duda, razones internas: el propio Sartre es un ejemplo de que esos valores no constituyen una vacuna contra ciertos compromisos con causas de dudosa moralidad (como la antigua URSS, el castrismo, la guerrilla o el maoísmo). Este factor de erosión, añadido al inevitable "relevo generacional", provocó un comprensible rechazo contra esta clase de figura pública. Los hijos del 68 francés - Foucault, Deleuze, Derrida, Lyotard- promovieron el llamado intelectual específico, que ha derivado en un izquierdismo universitario e hiper-teórico, conceptualmente enriquecedor, pero completamente desconectado del espacio público y de la vida social, y políticamente inepto. Y como, entretanto (y aprovechando la ausencia de los intelectuales), el espacio público que posibilitaba esa figura ha sido sustituido por las grandes empresas de la comunicación, la nueva generación (los "nietos" del 68, como el inefable Bernard-Henri Lévy) han consagrado el nacimiento del intelectual mediático (aquel que no escribe en la prensa por ser novelista o ensayista reconocido, sino que aprovecha para convertirse en ensayista o novelista después de ganarse fama como columnista, tertuliano o "presentador"). Esta miserable consecuencia de un rechazo demasiado irreflexivo ha llevado a muchos pensadores (Pierre Bourdieu es el signo más evidente) a la idea de que, pese a las trampas y los errores asociados al "compromiso", la función del intelectual como instancia crítica no específica y no-nacional, es irrenunciable. Y, en este sentido, Sartre -auténtica presencia de la libertad en la vida pública- está de plena actualidad.

Más información
El fin del eclipse de Sartre
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_