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La monja libanesa Marie Keyrouz lleva sus cantos sagrados a Barcelona

"Lo que hago no es ni show ni business, porque la música nunca fue hecha para el negocio". Así de rotunda es Marie Kayrouz (Deir el Ahmar, 1958), monja libanesa que ha consagrado su bellísima voz a los cantos sagrados de la Iglesia católica de rito oriental y que ha conseguido que sus discos sean auténticos éxitos de ventas. "La vida artística es muy diferente a la religiosa, pero yo no pertenezco a una orden de clausura y he elegido el arte del canto para servir a Dios", afirmó ayer en la presentación del ciclo de música religiosa del Auditorio de Barcelona, en el que cantará el próximo lunes canciones de Navidad de las iglesias orientales. "Mi vida de religiosa y de cantante no es incompatible; muy al contrario, para mí, el canto es un arma para luchar por la paz, un arma que puede ser mucho más eficaz que la política", asegura.Alta, esbelta, ojos claros y mirada luminosa y a la vez ausente, Marie Keyrouz afirma que su vocación religiosa nació de forma paralela a la musical y que encontró el modo perfecto para compaginar ambas al poner la música al servicio de la religión. Hace 16 años decidió convertirse en cantante profesional. Beirut era destruida por la bombas y ella quisó luchar contra la intolerancia fundando el Ensemble de la Paix, un conjunto integrado por músicos libaneses de distintas creencias religiosas -cristianos, musulmanes y judíos- que la acompaña en sus conciertos. "Pese a las diversas creencias, siempre intepretamos música cristiana. Nunca cantaré música que vaya contra mi fe, aunque sí puedo interpretar la de compositores no católicos, como Beethoven", advierte. Y pone como ejemplo el doble disco que acaba de publicar con un compacto dedicado a música religiosa tradicional y otro, por primera vez en su carrera, con obras sacras de Beethoven, Brahms, Bruckner, Gounod, Mascagni, Schubert y Schumann, entre otros.

Cantar al servicio de Dios

Doctora en antropología religiosa y musicología por la Sorbona de París y fundadora en la capital francesa de un instituto de canto sacro, Marie Keyrouz ha recibido múltiples ofertas para dedicarse a la ópera, pero ella se mantiene firme. "Yo no puedo cantar cosas en las que no creo. Cuando empecé a estudiar canto pude elegir entre la ópera y el oratorio y opté por este último. Yo pongo mi talento al servicio de Dios, porque estoy convencida de que la música religiosa puede obrar milagros, porque es transmisora de su palabra", dice plenamente convencida.

Su repertorio de música religiosa de la Iglesia católica de rito oriental abarca 18 siglos, del II al XX, y se centra principalmente en cantos maronitas y bizantinos. Marie Keyrouz utiliza sus conocimientos musicológicos para explicar de forma didáctica las diferencias entre uno y otro y asegura que también interpreta habitualmente en sus conciertos, y lo hará en Barcelona, salmos y cánticos extraídos de los evangelios, compuestos en la actualidad por religiosos que conocen las técnicas de escritura musical de las épocas pasadas. "También canto mis propias composiciones", dice tímidamente, y apostilla: "Para mí, cantar es rezar dos veces".

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