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Las FARC frustran las esperanzas de tregua navideña con un ataque y decenas de muertos

"A las dos de la mañana nos atacaron; nos defendimos hasta las ocho, pero nos emboscaron, (...) nos obligaron a salir". Así contó Mauricio Perdomo, infante de Marina, la pesadilla que vivió en Juradó, región del Chocó, pequeña población colombiana en la frontera con Panamá, atacada durante más de 20 horas por 600 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El alcalde de Juradó y la fiscalía aseguran que hay más de 60 cadáveres, entre ellos 45 soldados y un policía. La Armada sólo reconoce la muerte de 23 infantes y dice haber acabado con 42 rebeldes.

Los refuerzos llegaron apenas en la madrugada del lunes. Juradó esta arrinconado entre el océano Pacífico y la selva; sólo se puede llegar por aire o por mar cuando lo permite la marea. Otros 56 infantes -25 de ellos heridos- y 17 policías fueron entregados al párroco Bernardo Niño como gesto de respeto al Derecho Internacional Humanitario, según dijo el comandante guerrillero que dirigió el ataque. A otros tres infantes se los llevaron las FARC en calidad de "prisioneros de guerra". "Nos dijeron que venían por el armamento del puesto, y por los comandantes", contó también Perdomo. Lo cierto es que las cifras de víctimas mortales varían según las fuentes, pero todos los informes coinciden en que superan las 70.

Para el gobernador del Chocó, Juan Hinestrosa, lo ocurrido en su provincia -las FARC atacaron también Capurganá, en la frontera con Panamá en el Atlántico- es sólo el inicio de una "gran escalada terrorista" contra la olvidada región donde hay fuerte presencia paramilitar; pidió, con carácter urgente, apoyo al Gobierno central.

Éste fue el más grave de los hechos de guerra que vivió Colombia en este fin de semana, en el que, paradójicamente, se esperaba el anuncio de la tregua navideña por parte de los grupos armados. Las FARC atacaron también en las provincias del Valle y Antioquia, y los paramilitares asesinaron a 20 campesinos en distintos puntos de la provincia del Sucre.

En San Luis, en el oriente antioqueño, ayer, lunes, se removían los escombros del puesto de policía, la alcaldía y otras edificaciones de la plaza central: no se sabe aún si debajo de tanta ruina esté el cuerpo de un agente que no aparece. Ya se rescataron los cuerpos de nueve policías y de una mujer embarazada que trabajaba en la alcaldía.

El presidente colombiano, Andres Pastrana, dijo ayer en conferencia de prensa que "esta arremetida terrorista lo que genera en el país es desconfianza en el proceso de paz [abierto con las FARC]". "Lo que queremos es ver muestras de paz, no de guerra", insistió Pastrana.

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