El auge de la literatura infantil también llega a España

La generación de la televisión y los videojuegos no ha abandonado el libro. El mundo anglosajón contempla atónito este año cómo unos libros infantiles, la saga del niño-mago Harry Potter, desbancan a la literatura de adultos en los primeros puestos de superventas. En España, las historias de un chaval de barrio llamado Manolito Gafotas llevan casi un millón de ejemplares vendidos desde 1994, superando a ilustres autores. Se saca al mercado más que nunca y de más calidad, confirman los editores, aunque no siempre se refleje en las ventas. Al menos en Europa, la baja natalidad hace que haya menos clientes.

Manolito Gafotas (Alfaguara), Los Simpson (Ediciones B) y las series de Star Wars (Everest) figuran entre los 10 libros más vendidos de literatura infantil y juvenil en grandes superficies especializadas de Madrid, Barcelona y Valencia el pasado mes de septiembre. Los dos primeros tienen algo en común, perciben los chavales. Presentan un mundo infantil seguro de sí mismo, crítico frente al adulto y coetáneo en emociones y experiencias con el lector. "Lo que le pasa a Manolito es lo que realmente nos pasa", dice una pequeña madrileña de 10 años.Las historias galácticas Star Wars les entraron antes por los ojos en el cine. Es difícil sustraerse a una intensa propaganda que incide, además, en uno de sus más secretos deseos: la aventura tecnológica, trufada de intriga y unas pequeñas dosis de terror.

Similares elementos contiene Harry Potter, las aventuras de un chico de 11 años aprendiz de mago que de la noche a la mañana ha sacado de la miseria a su autora, la inglesa JoanneK.Rowling. De paso, ha convertido en lugar de culto el café Nicholson de Edimburgo, donde escribía sus cuentos acompañada de su hija de tres meses. Sólo en Estados Unidos, los tres libros escritos de una colección prevista de siete han vendido ocho millones de ejemplares desde 1998. Otros 2,2 millones se compraron en el resto de países anglosajones.

En España apareció un primer título el pasado mes de abril, con escaso impacto hasta ahora en las listas de ventas. Se han vendido 10.000 ejemplares, correspondientes a cinco ediciones. El segundo acaba de salir al mercado el pasado 18 de octubre. Sus editores en España, Emecé, consideran que es habitual que este tipo de fenómenos "lleguen aquí con un poco de retraso", explica el gerente, Pedro del Carril. "Estamos seguros de que se trata de un fenómeno que despegará poco a poco, principalmente porque los libros de Harry Potter son de un nivel literario más elevado y esto hace que esa locura por sus aventuras llegue más tarde. La propia autora espera que la fama de Potter sirva para demostrar que hay un tipo de niño capaz de afrontar una lectura más exigente".

En España se edita más y mejor que nunca, coinciden expertos, libreros y editores, si bien no son demasiado optimistas respecto al crecimiento de la afición lectora infantil. La mayoría considera que lo que hay es un aumento de lectores "inducidos", debido a la preocupación de los colegios por estimular la lectura, sin que se consiga que al final se enganchen a ella. Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, lo confirma: "Es verdad que está aumentando el hábito de lectura entre los 8 y los 12 años. Pero lo que se sabe es que a partir de esta edad cada año se va perdiendo un grupo mayor de lectores que no se vuelven a recuperar hasta que cumplen los treinta y tantos". Algún poso queda, no obstante, que les hace volver dos décadas después.

Para Antonio Ventura, de la editorial Anaya, la raíz del problema está en que "los niños actuales viven la ficción a través de la imagen, incluso antes de hablar. La literatura no tiene sentido para ellos", sentencia. "Los que leen", prosigue, "leen aquello que el mediador les ha hecho llegar con emoción".

Los libros de moda en estos momentos en las librerías españolas comparten mediadores: los padres, entusiasmados ellos mismos con los libros que se crean para sus hijos, y los propios niños. Se transmiten la consigna boca a boca; tener un libro de sus heroes modernos les convierte en un miembro más del club.