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El portazo de la UE a Mercosur amenaza la cumbre de Río y el futuro de las relaciones con América Latina

La primera cumbre Unión Europea-América Latina, que se celebrará los próximos días 28 y 29 junio en Río de Janeiro, puede morir antes de nacer. La decisión de Francia de bloquear las negociaciones entre la UE y Mercosur, el principal bloque económico de Sudamérica, abre un vacío en vísperas de la cumbre que se intentará llenar con la retórica al uso: la promesa de futuros acuerdos que nunca llegan. España ha intentado sin éxito que Francia y Reino Unido cambien de actitud y apuesten por el futuro de Iberoamérica.La diplomacia española ha mantenido un breve y discreto silencio sobre el enfrentamiento que se registró el pasado viernes en Colonia (Alemania) entre el presidente del Gobierno español, José María Aznar, y el presidente francés, Jacques Chirac, sobre el mandato de negociación con Mercorsur.

Ayer, sin embargo, el secretario de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica, Fernando Villalonga, reconoció ante la comisión de Asuntos Exteriores del Senado que Europa acudirá a Río con las "manos vacías" y lamentó que la UE haya sido incapaz de acordar un mandato de negociación para fijar una zona de libre comercio con Mercosur, similar al que se está negociando con México.

Aunque la cumbre es mucho más que Mercorsur -asistirán 17 Jefes de Estado y de gobierno de Latinoamérica, 16 del Caribe y 15 de la UE-, las negociaciones con el bloque en el que están Brasil y Argentina son el escaparate de las relaciones de Europa con el resto del continente.

Por ello, en la última sesión del Consejo Europeo, Aznar reprochó a Chirac la contradicción que supone hacer discursos de apoyo a la consolidación de los procesos democráticos, de alentar las reformas económicas y defender la competitividad internacional, y depués negarse a negociar la creación de una zona de libre comercio.

Pero Aznar no sólo se estrelló contra la intransigencia francesa, dispuesta a proteger a cualquier precio su agricultura, sino con Reino Unido e Irlanda. El presidente del Gobierno español había enviado una carta al primer ministro británico, Tony Blair, en la que solicitaba el apoyo de Reino Unido. Blair, lejos de apoyar a España, cerró filas con Francia en defensa de sus relaciones privilegiadas con Australia y Nueva Zelanda. España, en su defensa de la negociación con Mercorsur, sólo contó con el apoyo de Portugal y, en menor medida, de Italia. La presidencia alemana, responsable del éxito o fracaso de la cumbre de Río, mantuvo una posición tibia y acabó plegándose al veto francés. La UE y Mercorsur, que agrupa a 200 millones de habitantes, firmaron un acuerdo de cooperación en diciembre de 1995, como antesala de las negociaciones para fijar una zona de libre comercio. Además, el acuerdo con Mercosur debía ser un ejemplo para el resto el continente del modelo de desarrollo que defiende Europa frente a la integración económica que preconiza Estados Unidos con el ALCA, el Área de Libre Comercio de las Américas, que quieren poner en marcha para el año 2005.

Aznar viajará a desde Asunción tras visitar Ecuador, Venezuela y Trinidad y Tobago.

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