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Pocas esperanzas para España

José Luis Garci se suma a la protesta contra el director de La ley del silencio, y Carlos Saura no acudirá a la ceremonia

Sólo gracias a que España es el quinto cliente extranjero de Hollywood y dos de sus directores -Carlos Saura, con Tango, y José Luis Garci, con El abuelo- figuran entre los cinco aspirantes al galardón a la mejor película de lengua no inglesa, Mariano Rajoy, ministro de Educación y Cultura, podrá sentarse esta noche en el pabellón Dorothy Chandler.No es que Hollywood desprecie a España ni como mercado de sus productos ni como país hacedor de buenos filmes, muy al contrario. Pero es que este año la lucha por los asientos -la mitad que el pasado año por cambio de escenario- ha sido particularmente feroz. "Las otras tres veces que una película mía fue candidata al Oscar", dice Garci, "nos dieron hasta 12 entradas, pero este año sólo hemos conseguido cuatro". Las utilizarán el director, que ya ganó en 1983 una estatuilla dorada por Volver a empezar; los dos protagonistas de El abuelo, Cayetana Guillén y Fernando Fernán Gómez, y el director general de RTVE, Pío Cabanillas. Carlos Saura, en cambio, no está en Los Ángeles, donde su cine también es muy apreciado. Por razones vinculadas, al parecer, con una disputa con sus productores argentinos, el director de Tango no ha venido. En cualquier caso, sabido es que a Saura le gustan poco estos saraos. Y hablando de saraos, Joaquín Cortés será otro de los españoles que pisará esta noche el Dorothy Chandler. El bailarín participará en uno de los espectáculos que animarán la entrega de los premios.

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A estos compatriotas atiende con hospitalidad andaluza Antonio Banderas. El español más popular del momento en EE UU y su esposa, Melanie Griffith, ofrecieron el jueves una cena en su villa de Los Ángeles a los visitantes españoles. El pasado año, cuando la película de Montxo Armendáriz no ganó el Oscar, Banderas y Griffith pasaron de las muchas fiestas en Hollywood a las que estaban invitados y se fueron con los derrotados españoles. La historia puede repetirse esta noche. Garci declara que no se llevará un disgusto si no gana su segundo Oscar. "La película claramente favorita", dice, "es La vida es bella, de Roberto Benigni".

El director de El abuelo seguirá las consignas de los opositores a que Elia Kazan reciba un Oscar extraordinario por "el conjunto de su vida": ni silbará ni aplaudirá, se quedará sentado y en silencio cuando aparezca el cineasta norteamericano que en los años cincuenta delató a sus ex camaradas comunistas. "Me parece mal que le den ese Oscar, es darle un premio a la caza de brujas, al comité de McCarthy", dice.

"Si se piensa en Kazan como director, hay que recordar que ya ganó dos Oscar, por lo que no necesita más homenajes. Si se piensa como persona, me parece que cuando le preguntaron quién estaba con él en el Partido Comunista debería haberse callado. Pero no lo hizo: habló y dio los nombres. Y lo peor es que nunca ha reconocido su error, no ha dado un paso hacia la reconciliación".

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