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La policía turca detiene a cientos de kurdos en varias redadas masivas

Más de quinientos kurdos han sido detenidos esta semana en Turquía en varias redadas masivas efectuadas por las fuerzas de seguridad de Ankara. Ayer fue detenido Murat Bozlak, líder del Partido de la Democracia del Pueblo (HADEP), una formación prokurda pero legalizada en Turquía. Mientras, el ministro de Justicia italiano, Oliviero Diliberto, confirmó ayer la detención del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdulá Ocalan, pero dio vía libre al arresto domiciliario del político.

Unidades antiterroristas turcas asaltaron ayer la sede y las demás oficinas de HADEP por todo el país en un gesto que trata de responder al creciente descontento popular por la negativa italiana a entregar al líder del PKK.HADEP es el único partido prokurdo legalizado, y su línea política se basa en la resolución negociada al conflicto kurdo en Turquía. Sus portavoces informaron de que ayer fueron detenidos 60 de sus militantes en Ankara, mientras que la agencia oficial turca Anatolia añadió que en las ciudades de Bursa, Van y Antalya fueron detenidas otras 190 personas.

Italia busca apoyos

Sobre el contencioso entre Ankara y Roma por la extradición de Ocalan, la decisión del ministerio de Justicia para dar luz verde al arresto domiciliario confirma la buena disposición del Gobierno hacia el líder independentista kurdo, aunque Italia no acaba de encontrar el apoyo explícito de la comunidad internacional. A una semana de la detención de Ocalan, el Gobierno de Roma, pese a sus intentos de involucrar a toda Europa en el problema, sólo ha recibido la solidaridad del Parlamento Europeo.Dos aliados del peso de Alemania y Estados Unidos le han vuelto la espalda, cada uno a su manera. Alemania ha calificado el caso Ocalan de problema "entre Italia y Turquía" y no parece dispuesta a pedir la extradición del líder kurdo, buscado por la justicia alemana. Estados Unidos se ha colocado del lado turco, y el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, ha pedido al Gobierno italiano que entregue a Ocalan al Gobierno de Ankara. "Esperamos que Italia y Turquía encuentren un acuerdo que excluya la pena de muerte", señaló Rubin, tras calificar a Ocalan, conocido como Apo, de "terrorista y narcotraficante". A juicio del Departamento de Estado, "el cartel europeo de la heroína está bajo control del PKK", lo que supone al partido independentista "unos ingresos cuantificables en cientos de millones de dólares".

La posición del Gobierno italiano no puede ser más diferente. Los partidos que integran la coalición de centro-izquierda -sobre todo el de los Demócratas de Izquierda, al que pertenece el primer ministro Massimo D"Alema, y el Partido de Refundación Comunista y Los Verdes- han hecho públicas sus simpatías hacia el movimiento kurdo. Es más, medio centenar de parlamentarios de estos tres grupos enviaron a Ocalan una carta invitándole a instalarse en Italia el mes pasado. El promotor de la iniciativa, el senador verde Stefano Boco, se ha quejado a la prensa italiana de haber sido manipulado por los kurdos.

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