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Reportaje:

La puya de la discordia

Los estamentos de la fiesta estudian la situación de la suerte de varas

¿Qué forma debe tener una puya? En teoría, el reglamento taurino de 1991 especifica su perfecta morfología. El artículo 64 añade las precisiones. "Las puyas tendrán la forma de pirámide triangular, con aristas o filos rectos; de acero cortante y punzante...", reza el texto. En la práctica, presentan un vaciado en cada uno de sus lados. La pica trabaja como un exprimelimones cuando entra en contacto con el toro ¿Es esto antirreglamentario?

, Llegados a este punto, no hay práctica, teoría o hipótesis que aventure la posibilidad de un acuerdo mínimo. De un lado, la poderosa Unión de Criadores de Toros de Lidia. Del otro, José García Alonso, más conocido como Pepe el puyero. Los primeros controlan casi totalmente el mercado de reses bravas. El segundo monopoliza la fabricación de las varas utilizadas en España, Portugal y América."Se trata de devolver la importancia de un tercio hoy desprestigiado. Se impone una reforma que devuelva al picador el rango que debe tener", dice a modo de preámbulo el presidente de los ganaderos Juan Pablo Jiménez Pasquau. Al hilo de lo anterior, una mesa de trabajo en la que participan todos los estamentos de la fiesta empezará a emplearse en la materia a partir de septiembre.

Por supuesto, uno de los puntos estrella a tratar será el de la configuración de la punta sobre cuya supuesta ilegalidad no se pronuncia el Ministerio de Interior. José Manuel Sánchez, uno de los presidentes de Las Ventas, sí: "La puya, tal y como está, es perfectamente legal, cumple las medidas. El problema no es la forma de su punta. Si los toros se caen es por falta de casta y porque se les pica mal. La misma puya se emplea con todos los toros y unos se caen y otros no".

García Alonso, por su parte, se limita a hacer una afirmación con espíritu contundente: "Llevo 50 años en el oficio y nunca he modificado la forma la puya. Siempre ha sido la misma. El que ahora se airee este asunto parece una maniobra para esconder algo". Pasquau evita la polémica: "No queremos hacer una guerra. Éste es sólo uno de los puntos que creemos se debe revisar para que el primer tercio de la lidia recupere su sentido".

Un reciente estudio de la Unión de Criadores realizado en la feria de San Isidro arrojaba unas cifras desoladoras. De los 276 puyazos administrados a 90 toros analizados, ni uno solo cayó en su sitio: el morrillo del animal. Sólo 13 (un 4,7 %) fue a parar a una zona admisible. Hay más, en 57 de los 197 embroques, se practicó la carioca. Es decir se contravino expresamente el Reglamento en el apartado que reza: "...el picador efectuará la suerte por la derecha, quedando prohibido barrenar, tapar la salida de la res, girar alrededor de la misma, insistir o mantener el castigo incorrectamente aplicado". Además, aquí la culpa recae en la puya, 54 astados sufrieron una hemorragia anormalmente abundante.

"El tercio de varas tiene que ser un termómetro para medir la bravura del toro. Con esa puya y tal y como se está realizando...", dice Pasquau dejando en los puntos suspensivos sus dudas. El puyero insiste en que todas sus manufacturas se ajustan a lo que estipula el Reglamento.

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