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TRIUNFO DE LA DIPLOMACIA

Sadam abre sus palacios a Ia ONU sin límites

Todo ha quedado resumido en dos folios. Irak y la ONU han firmado la paz de los palacios en Bagdad. El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, rubricaron ayer a las 10.30, hora local (8.30, hora peninsular española), un acuerdo escrito por el que los inspectores encargados de verificar el desarme de Irak podrán entrar en cualquier instalación del país, incluidos los palacios presidenciales, sin restricciones ni limites de tiempo. Se desconocen los términos exactos de este pacto, que deberá ser ratificado hoy por el Consejo de Seguridad en Nueva York

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ENVIADO ESPECIAL, "Estoy contento de anunciar que, después de discusiones minuciosas e intensivas con las autoridades iraquíes que han culminado con una reunión con el presidente Sadam Husein, he llegado a un acuerdo con Irak con respecto a la cuestión de las inspecciones", anunció ayer con aspecto serio pero distendido el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dirigiéndose a más de un centenar de periodistas que llenaban la sala de conferencias del Ministerio de Información en Bagdad.Kofi Annan ponía con esta declaración fin a tres días de continuas negociaciones con los responsables del régimen de Bagdad, a los que ha venido tanteando sobre la necesidad de abrir las puertas de los palacios presidenciales a los inspectores de Naciones Unidas para poder comprobar que no se guardan en ellos armamentos de destrucción masiva y evitar así la intervención de Estados Unidos y sus aliados.

"En mi opinión, los términos de este acuerdo escrito son aceptables y eliminan el principal obstáculo para la entera aplicación de las relevantes resoluciones del Consejo de Seguridad", añadió Kofi Annan, tratando en todo momento de no desvelar los detalles de un acuerdo que será expuesto el martes a los miembros del Consejo de Seguridad.

Las palabras de Kofi Annan fueron ratificadas por el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, que se sentaba junto a él en la mesa de conferencias, flanqueado por un numeroso grupo de asesores y técnicos.

"Apreciamos la naturaleza de estas discusiones y continuaremos cooperando con el señor Annan para llevar a término los objetivos comunes", aseguró el viceprimer ministro en un tono solemne y ceremonioso detrás del cual empezaron ya a insinuarse los primeros resquicios de las reivindicaciones del Gobierno de Bagdad. En opinión de Tarek Aziz, la prioridad de su país ahora es la de conseguir el levantamiento de sanciones, lo que, según él, podría producirse pronto.

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¿Ha sido el miedo a un ataque militar de los norteamericanos lo que ha hecho capitular al régimen de Sadam Husein, aceptando las inspecciones sin restricciones ni plazos en los palacios presidenciales?, se preguntaban ayer los periodistas en la sala mientras escuchaban una y otra vez a Kofi Annan y a Tarek Aziz deshacerse en elogios mutuos.

"El pueblo y el Gobierno de Irak no tienen miedo. Las tropas acumuladas en el Golfo, americanas y británicas, no nos han convencido para concluir el acuerdo. Ha sido la buena voluntad de Kofi Annan", respondió Tarek Aziz.

Los interrogantes y sus respuestas, las dudas y sobre todo la incredulidad de que con este pacto se solucione definitivamente el contencioso entre Irak y las Naciones Unidas, quedaron resumidos por la pregunta de un periodista que requirió a Kofi Annan qué garantías había de que el régimen de Sadam Husein cumpliera rigurosamente su parte de compromiso. "He tenido una entrevista muy seria con Sadam Husein", respondió Kofi Annan, para dar paso a continuación al viceprimer ministro iraquí, quien lanzó una larga diatriba contra el cumplimiento histórico de los pactos internacionales en Oriente Próximo por parte de los países coloniales, en especial del Reino Unido.

Horas después de la conferencia de prensa, Kofi Annan visitó varios palacios presidenciales cercanos a Bagdad. En uno de ellos almorzó. "¿Evitará este acuerdo la guerra?", preguntó un periodista de la CNN a Annan en una entrevista en Bagdad. "Así lo espero, lo creo, pero eso depende del Consejo de Seguridad". Después, Annan regresó hacia Nueva York, vía París, donde devolvió al presidente francés, Jacques Chirac, su avión personal, que ha utilizado en este viaje. Durante las horas que le quedan de vuelo hasta su último destino tratará de reponerse de una negociación difícil, que se prolongó incluso hasta ayer y que le obligó el mismo lunes a madrugar. Aseguran que Kofi Annan se levantó a las seis de la mañana para pactar los últimos flecos de un acuerdo que sólo quedó definitivamente cerrado cuando faltaban escasos minutos para la ceremonia de la firma. "¿Pero lo aceptará Estados Unidos?", le había preguntado un periodista en Bagdad. "Este acuerdo es aceptable, si no, yo no estaría aquí", contestó.

Sin esperar la última respuesta, los fieles seguidores de Sadam Husein se lanzaron ayer a la calle para volver a gritar con fuerza que estaban dispuestos a darlo todo por su líder, "el alma y la sangre por ti". El acuerdo está recogido en dos folios, aún secretos porque según declaró el propio Kofi Annan, muy poca gente conoce el contenido del mismo, a pesar de que durante las negociaciones, el responsable de la ONU ha estado en contacto telefónico con Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia.

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