Sergio Ramírez y Eliseo Alberto ganan el I Premio Alfaguara de novela

Dos primeros premios en igualdad de condiciones y con la misma dotación económica (25 millones de pesetas). El sorprendente fallo del jurado del Premio Alfaguara de Novela se debió a la "altísima calidad" de las dos novelas ganadoras y a la dificultad de decantarse por una de ellas. Así las cosas, el nicaragüense Sergio Ramírez y el cubano residente en México Eliseo Alberto se alzaron con este premio, que se convierte en uno de los mejor dotados de la literatura en español. Carlos Fuentes, presidente del jurado, calificó de "sobresalientes" las novelas ganadoras, y dijo: "Ambas tenían méritos para ganar".

"Utilizan lenguajes distintos, aunque tanto Sergio Ramírez como Eliseo Alberto tienen aliento poético en su narrativa. Precisamente la diferencia entre ambos y su excepcionalidad explica la concesión de dos primeros premios. Son escritores de razas literarias complementarias". Con estos comentarios Juan Cruz, director de Alfaguara y Taurus, justificó la decisión del jurado, que sorprendió al cerca de centenar de periodistas que se congregaron ayer en Madrid, Buenos Aires, México y Bogotá para asistir, de modo simultáneo y a través de videoconferencias, al fallo del premio. Un total de 602 novelas, procedentes de todo el ámbito hispanoparlante, han optado a la primera edición de este premio en su nueva etapa, que incluye una escultura de Martín Chirino.Margarita, está linda la mar, una frase tomada de una poesía de Ruben Darío, ha servido a Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942) para titular una novela ambientada en 1907 y 1956 con el panorama de fondo de la agitada historia reciente de su país. Basada tanto en la realidad como en añadidos de leyenda, con continuos saltos atrás en el tiempo y con las figuras de los Somoza o de Rubén Darío como referencias, Ramírez ha desarrollado "un ejercicio sobre la narración, sobre el poder de la memoria, sobre la intervención del pasado (ficticio, o no) en la realidad", en palabras del jurado.

Política y literatura

Fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y vicepresidente de Nicaragua entre 1984 y 1990, Sergio Ramírez representa uno de esos casos emblemáticos que demuestran que la política no es incompatible con la creación literaria. Autor de novelas como ¿Te dio miedo la sangre? (1977), Castigo divino (1988) o Baile de máscaras (1995), Ramírez fue portavoz parlamentario de la oposición sandinista entre 1990 y 1994. Las disputas en el seno del FSLN lo llevaron a fundar un nuevo partido en 1995, el Movimiento de Renovación Sandinista."Espero sobrevivir a este día", señaló ayer Sergio Ramírez desde Managua. Tras confesar que había escrito la novela premiada "con rigor, disciplina y mucha pasión por el lenguaje", el narrador comentó que albergaba esperanzas de obtener el galardón. "De todos modos siempre prefiero no hacerme demasiadas ilusiones para no sentirme luego frustrado". Admirador "hasta la enajenación" de Rubén Darío, el que fuera dirigente sandinista proclama también su "odio como demócrata y su fascinación como literato" por la familia Somoza, que gobernó Nicaragua durante décadas. Sergio Ramírez ha situado la acción de Margarita, está linda la mar -un título homenaje al poeta Rubén Darío- en dos momentos distintos, pero en un mismo escenario, la plaza de la ciudad nicaragüense de León. "Allí fue recibido Rubén Darío como un héroe al regresar en 1907 y allí fue proclamado el viejo Somoza candidato a la presidencia en 1956", dijo.

Al explicar cómo ha podido compaginar durante años la política y la literatura, Ramírez afirma: "Trabajando, trabajando mucho". En opinión de este intelectual, la profesionalización es un objetivo muy difícil para un escritor latinoamericano. "Casi todos tenemos otras dedicaciones, aunque es cierto que mi actividad política ha perjudicado mi prestigio literario". Sergio Ramírez, que viajará a España en mayo para recoger su premio, se mostró ayer eufórico sobre el buen momento que vive la literatura en español: "Siempre surgen corrientes tanto en España como en América Latina que empujan la revitalización de nuestra literatura".

Entre Cuba y México

Por su parte, Elíseo Alberto, en conversación desde México, declaró estar asustado, contento y sorprendido. "Mandé la novela por mandar, pero parecía un premio dernasiado competitivo. Tanta novela, tanta gente, tanta cosa...", informa Miguel Mora. Alberto nació en La Habana en 1951, pero vive en México desde hace casi una década. No ha vuelto a la isla desde el año pasado, cuando publicó Informe contra mí mismo, un testimonio de las calamidades y anécdotas más surrealistas de la Revolución que confesó haber escrito desde el amor a la isla y el ajuste de cuentas consigo mismo.

Alberto ha repartido su vida entre el cine, la literatura, la enseñanza y la Revolución cubana. Hijo del poeta Eliseo Diego, sobrino del también poeta Cintio Vitier y amigo de Gabriel García Márquez, fue redactor del periódico El caimán barbudo y director de la revista Cine cubano. Pero la fama le ha llegado, sobre todo, por su carrera de guionista. Su mayor éxito ha sido Guantanamera, la última película que filmó Tomás Gutiérrez Alea, pero ha firmado otros guiones, como María o Para Elisa.

Caracol Beach es la segunda novela de Eliseo Alberto, aunque Alfaguara tiene ya otra -Ensayo para una novela sobre la emoción en Cuba- en proceso de publicación. El autor cuenta que la playa del título "es un lugar imaginario, un balneario muy exclusivo que debe estar en la Florida y en el que podría vivir Julio Iglesias". La novela transcurre a lo largo de una sola noche, y narra la historia de Beto Milanés, un soldado cubano veterano de las guerras de África que sobrevive en la locura. "Es un suicida frustrado, un loco muy violento que vive en el camión de un circo. Una noche, harto de no poder matarse, sale para que lo maten y se encuentra con un veterano estadounidense de origen puertorriqueño. Y de ahí parte todo: es una historia muy violenta, pero al tiempo muy pacifista".