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TENSIÓN EN EL GOLFO

El Gobierno español dejará a EE UU usar Morón

El Gobierno español ha decidido autorizar la utilización de la base de Morón de la Frontera (Sevilla) por parte de las tropas de Estados Unidos que preparan una operación militar contra Irak, según fuentes gubernamentales. El presidente Bill Clinton ha planteado ahora una petición similar a la que ya formuló el pasado mes de noviembre: el despliegue de unos 30 aviones cisterna de reabastecimiento en vuelo en Morón y el tránsito por territorio español de material y personal con destino al golfo Pérsico. EL PAÍS consultó ayer tarde esta información con los portavoces oficiales de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa, quienes declinaron confirmarla o desmentirla.

Estados Unidos ha planteado de nuevo al Gobierno español la petición que ya formuló en noviembre pasado, con motivo de la última crisis con Irak: autorización para desplegar en la base de Morón de la Frontera (Sevilla) unos 30 aviones cisterna KC- 130 de reabastecimiento en vuelo y para que transiten por territorio español sus tropas y material con destino al golfo Pérsico. El empleo de las bases fue autorizado entonces por el Gobierno español, aunque no llegó a materializarse, ya que las concesiones de Sadam Husein desactivaron la crisis. El despliegue de 30 cisternas en Morón requiere una aprobación expresa de las autoridades de Madrid, ya que supone doblar la cifra máxima de aviones autorizada por el convenio bilateral de 1988.El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, se limitó a señalar ayer, tras la entrevista del presidente José María Aznar con el coordinador de Izquierda Unida, Julio Anguita, que "el Gobierno español prefiere una solución diplomática al conflicto" con Irak, "siempre que se garantice la legalidad internacional". Lo que no es aceptable es que no se garantice esa legalidad, agregó Rodríguez, quien mostró su esperanza en que "todavía pueda encontrarse una solución diplomática".

Según las fuentes, el Gobierno ha dado ya luz verde a la utilización de las bases por Estados Unidos, aunque el despliegue de los aviones cisterna aún no se ha producido. Los portavoces de Asuntos Exteriores y Defensa no quisieron durante toda la tarde de ayer confirmar o desmentir la decisión del Gobierno español. A última de la noche, un portavoz del departamento que dirige Eduardo Serra se limitó a señalar que "todavía no hay una autorización formal" por parte de Defensa.

Estados Unidos tiene "la autoridad, la responsabilidad y los medios" para lanzar un ataque contra Irak, afirmó ayer en Washington la secretaria de Estado, Madeleine Albright. El único que puedeimpedir ese ataque, dijo su colega de Defensa, William Cohen, en Kuwait, es Sadam Husein, plegándose a los deseos de la ONU. Pero la rotundidad de estas declaraciones no pudo ocultar el hecho de que fuera de Estados Unidos existen dudas sobre los motivos de un nuevo castigo militar a Irak y dentro las hay sobre los objetivos.

Albright, en su recién terminada gira por el extranjero, y Cohen, en la que realiza ahora, han escuchado esas dudas. Rusia, Francia y China, tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, sospechan que razones de política; interna -la necesidad de Bill Clinton de reafirmar su liderazgo en pleno escándalo Lewinsky- están detrás de la belicosidad norteamericana. Aunque ninguno de sus portavoces lo reconozca en público, la diplomacia norteamericana siente que esa sospecha lastra su acción.

EE UU sólo cuenta con la fidelidad británica, el apoyo alemán y la predisposición canadiense. Países árabes claves durante la guerra del Golfo como Egipto y Arabia Saudí se resisten ahora a seguir a Washington y denuncian el "doble rasero" aplicado a Israel e Irak. Turquía se niega a prestar su suelo para un ataque. Japón ha pedido que se respete la tregua de los Juegos Olímpicos de Invierno.

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Tras obtener el visto bueno de la familia Al Sabah, Cohen dijo ayer que EE UU sigue dando "una oportunidad" a la acción diplomática, pero añadió: "La ventana se está estrechando". Cohen reforzó sus palabras anunciando el envío de entre 2.500 y 3.000 soldados desde Texas a Kuwait. Esas tropas se sumarán a los 2.200 marines del portahelicópteros Guam que ya navega hacia la zona. Razones diplomáticas, logísticas e incluso climatológicas sitúan la fecha previsible para el comienzo del ataque en algún momento a partir de la mitad de la próxima semana.

Varios militares norteamericanos, incluido el general Norman Schwarzkopf, comandante en jefe de la guerra del Golfo, piensan que los ataques con aviones y misiles que prepara el Pentágono no lograrán eliminar el potencial iraquí para reconstruir su arsenal químico y bacteriológico. Ello sólo sería posible empleando unidades terrestres, algo que Clinton ha descartado. Schwarzkopf dijo el domingo que un ataque aéreo sólo "reforzará" a los líderes iraquíes. "Como ocurrió con el bombardeo de Vietnam del Norte".

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