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Una explosión una clínica abortista de Estados Unidos mata a un policía

En la zona se encontró otro artefacto sin estallar

Una explosión de origen indeterminado se registró a primera hora de ayer en una clínica de Birmingham (Alabama) especializada en abortos. Un policía resultó muerto y al menos una mujer sufrió heridas de gravedad, según las primeras informaciones procedentes del FBI. Según fuentes policiales, fue detenido un hombre joven como sospechoso de haber participado en el atentado.

El detenido en las inmediaciones de la clínica New Women fue incluso interrogado ya ayer por la mañana. La policía estableció de inmediato un cordón de seguridad en torno al establecimiento, porque temía la explosión de un nuevo artefacto. Y en efecto, los especialistas encontraron otro explosivo.

En los tres últimos años, Estados Unidos ha registrado ya otros atentados contra clínicas abortistas. En 1994, dos mujeres resultaron muertas en otras tantas acciones violentas en clínicas abortistas de Boston, cuando un hombre vestido de negro realizó disparos indiscriminados con un rifle. Ya por entonces, según cifras oficiales, habían muerto en Estados Unidos cinco personas en incidentes relacionados con la batalla en torno al aborto.

En enero pasado, hubo seis heridos por bomba en una clínica de Atlanta. Una hora antes, estalló otra en un centro sanitario, pero no causó víctimas. La policía acusó a elementos de extrema derecha. Los autores de los atentados no efectuaron ninguna llamada de advertencia.

Washington

Tres días después, otro par de bombas explotó en Tulsa. Era domingo y ello impidió que hubiera desgracias personales, al estar vacía la clínica.Tres días más tarde, se registró otra explosión ante un centro de planificación familiar en pleno centro de Washington, a cinco manzanas de la Casa Blanca. Era el 24º aniversario de la proclamación de que el aborto es constitucional en Estados Unidos. Con ese motivo, unos 10.000 militantes antiabortistas se concentraron en la capital. La policía declaró crípticamente que no había relación entre la manifestación y el atentado.

Al día siguiente, el vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, calificó de "cobarde cruzada" la serie de bombas contra clínicas y centros de planificación.

Sólo hubo dos detenciones relacionadas con los atentados. Un joven de 22 años fue acusado de los disparos de Boston. Y un muchacho de 15 fue acusado de colocar las dos bombas de Tulsa.

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