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El ministro del Interior propone un cara a cara con el líder rebelde

Juan Jesús Aznárez

, El nuevo ministro del Interior mexicano, Francisco Labastida, que dice haber leído entre 2.000 y 3.000 páginas sobre el conflicto de Chiapas desde su nombramiento hace cuatro días, dio ayer un golpe de efecto para convencer a los zapatistas de que el Gobierno quiere la paz. Labastida afirmó que está dispuesto a encontrarse cara a cara con el líder revelde, subcomandante Marcos, para salvar el diálogo, hoy imposible tras la matanza de Acteal y los movimientos amenazadores del Ejército estos días en Chiapas.

También admitió Labastida que en la zona donde en diciembre se perpetraron los asesinatos de 45 indígenas, el Gobierno debió haber ejercido su autoridad, ya que en fechas previas a esos asesinatos se habían producido 14 hechos de sangre, y eran previsibles otros. Ahora se propone conseguir el desarme en Chiapas.

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Labastida sostiene que desde el alzamiento zapatista de 1994 se vive allí peor porque la creación de los municipios autónomos llevó al enfrentamiento de pobres contra pobres, y de pobres contra miserables, por diferencias étnicas, territoriales o religiosas. "Esta región se nos está deteriorando: los 12.000 o 15.000 desplazados viven en condiciones críticas, y las gentes que viven en condiciones normales están enconados; tienen el odio clavado, el espíritu de venganza".

El titular de la Secretaría (Ministerio) de la Gobernación pidió el apoyo de las Iglesias, con quienes se muestra muy crítico, y de todas las fuerzas políticas para acometer una nueva estrategia respecto a Chiapas, y reiteró su intención de lograr el desarme de los grupos que operan en la selva Lacandona, incluidos los zapatistas, propósito denunciado como "declaración de guerra" por jerarquías de la Iglesia católica y por el secretario de la Comisión Nacional de Intermediación, Gonzalo Ituarte.

"Se desarmarán todos"

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"No entiendo que alguien tenga la autoridad moral para decirme que únicamente desarme a unos grupos y que no desarmemos a los otros", respondió el ministro. "Se desarmarán a todos. El Ejército zapatista está en una zona, y la ley dice que mientras esté en esta zona y haya diálogo pueden tener las armas, pero el propósito final es que no haya armas de nadie. Sólo las armas de las instituciones para resguardar la paz y garantizar las vidas y seguridad de las propiedades".Por otra parte, el presidente Ernesto Zedillo designó ayer a su ministro de Exteriores, José Ángel Gurría Treviño, como nuevo ministro de Hacienda y Crédito Público en sustitución de Guillermo Ortiz Martínez.

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