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La aplastante mayoría del centro-derecha en el Senado frustra el cambio político en Marruecos

Las elecciones por votación indirecta celebradas el viernes en Marruecos para la formación de la Cámara de Consejeros (Senado) han dado una mayoría aplastante a las formaciones de centro y de derecha y han cerrado toda posibilidad de alternancia política, al tiempo que frustran las expectativas suscitadas en el país magrebí de emprender una transición democrática indolora. Los grandes perdedores han sido los partidos democráticos, que quedan en minoría en Parlamento bicameral y se ven ahora ante la perspectiva de revisar sus propios programas y estrategias políticas.

El escrutinio -protagonizado por 42.415 "grandes electores" en representación de entidades locales, asociaciones profesionales y organizaciones sindicales- ha dado la victoria al llamado bloque de centro, con 90 escaños de los 270 en liza. La Agrupación Nacional de los Independientes (RNI) -dirigida por Ahmed Osman, cuñado del rey Hassan II- ha obtenido 42 escaños; el Movimiento Democrático y Social, 33, y el Movimiento Nacional Popular, 15.Las formaciones coligadas en el bloque gubernamental de derechas, Wifak, vienen en segundo lugar, con 76 escaños repartidos entre la Unión Constitucional (28), el Movimiento Popular (27) y el Partido Nacional Democrático (21).

La oposición democrática, Kutla, obtiene tan sólo 44 escaños: el partido nacionalista Istiqlal consigue 21; los socialistas de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, 16, y el marxista Partido del Progreso y del Socialismo, 7.

Los 27 escaños correspondientes a las elecciones de los representantes sindicales han otorgado 11 puestos a la Confederación Democrática del Trabajo (socialista), 8 a la Unión Marroquí del Trabajo (independiente), y 3 a la nacionalista Unión General de Trabajadores Marroquíes. Los cinco restantes se reparten entre sindicatos próximos a los partidos de centro y derecha.

Con las elecciones senatoriales culmina la formación de un Parlamento bicameral dominado mayoritariamente por centristas y gubernamentales, y se congela la expectativa de formar un gobierno de alternancia "surgido de las elecciones", como había deseado por el rey Hassan II y al que las fuerzas democráticas aspiraban.

La oposición democrática se encuentra en, total minoría en el Senado, con lo que la posibilidad de que una coalición dominada por el Istiqlal y los socialistas llegue al poder se ve cada vez más lejana. La Cámara alta elegida ayer -que tiene funciones legislativas similares a las de la Cámara de Representantes, surgida de las urnas el pasado 14 de noviembre-, dispone de poder de veto al Gobierno, con lo que una coalición que no goce de mayoría senatorial es inviable.

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Resultados sorprendentes

En cambio, el partido dominante en estas elecciones, el RNI, podría intentar formar un gobierno de coalición con alguno de los partidos de la derecha gubernamental. El cuñado del rey, Ahmed Osman, fue el firmante de los Acuerdos de Madrid, en 1975, por los que España cedió la administración del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, y primer ministro a finales de los años setenta. Como premonición de unos resultados sorprendentes para todos los observadores políticos en Rabat, Osman se había presentado hace pocos meses como un "socialdemócrata" convencido.La constitución del nuevo Parlamento de dos Cámaras -el Senado elegido el viernes y la Cámara de Representantes- se llevará a cabo a mediados de este mes. Posteriormente, el rey designará a un primer ministro, que deberá presentar su Gabinete ante las Cámara para obtener apoyo a su programa de gobierno.Fracasadas las expectativas de alternancia, los partidos de la oposición se van a ver abocados a una agudización de sus enfrentamientos internos, a pocos meses de sus respectivos congresos. El Istiqlal ha anunciado el suyo para febrero, y los socialistas de Abderrahman Yussufi hablan de convocarlo "lo antes posible". La Juventud Socialista, dirigida por Mohamed Sassi, ya ha calificado de "fracaso" la alternativa democrática, y promete protagonizar una "oposición pura y dura". Los nacionalistas del Istiqlal, que han denunciado un "fraude electoral masivo", también pueden verse arrastrados al combate político.

El nuevo año se anuncia en Marruecos con una agitación que hace presagiar una crisis.

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