Pedro Molina novela la lucha generacional en 'Adios, padre eterno'
No hay novela de iniciación que no toque en algo la biografía del escritor. Pedro Molina Temboury (Málaga, 1955) reconoce que Agonías, personaje central de Adiós, padre eterno (Alfaguara), se hizo autónomo a medida que (,recia y fue imponiéndole sus propias exigencias. "La obsesión de Agonías por el sexo es excepcional, pero hay que tener en cuenta que es hijo de un padre virgen, que tiene cinco hermanos varones y que vive en un mundo donde los sexos están completamente divididos".Adiós, padre eterno, la novela con la que Molina reaparece en la narrativa tras siete años de silencio, cuenta en primera persona la infancia y adolescencia de un joven. La obra se inicia a finales de los cincuenta y acaba con la muerte de Franco. Molina de fine su nueva obra como una no vela Ilena de fantasía donde se mezclan la ficción con la crónica generacional. "La confusión es la idea dominante que preside todo el relato. Todo lo que sucede en el país sucede en la familia de Agonías", aclara el escritor, que ha buscado que el transfondo político se relacione con los enfrentarnientos entre padres e hijos: "La lucha antifranquista también era un enfrentamiento entre padres e hijos".
La, novela está llena de padres -el adoptivo, el de los cielos, el de la patria, el padre rojo y el profesor-, a los que el protagonista unifica en una patria potestad. "En esto no creo que haya sido muy original. Cualquier lector de esa generación habrá experimentado los mismos síntomas. Confundir delitos con pecados o dictaduras con despotismos celestiales fue una enfermedad muy común de la época", dice Molina, quien se apresura a aclarar que no hay nada más alejado de la idea de la novela que tratar de dar un punto de vista sobre los buenos o los malos.
"El punto de vista del protagonista es la libertad, que es lo que menos había entonces. Se vivía en una situación donde había que postergarlo todo", aclara el autor.
Molina fue responsable de la creación y puesta en marcha del Instituto de Cooperación Iberoamericana en Buenos Aires y de la Casa de América de Madrid, trabajo que abandonó hace más de dos años para dedicarse de lleno a la escritura. Adiós, padre eterno es su tercera novela. El escritor compagina su labor como autor con la creación de guiones cinematográficos. Ahora trabaja en dos guiones para la serie de Carvalho, el personaje de Manuel Vázquez Montalbán, que rodarán Mariano Barroso y Enrique Urbizu.
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