Rusia vigila las maniobras de Ucrania con los aliados
El ministro de Defensa de Rusia, Ígor Serguéiev, llegó ayer a Ucrania en visita oficial precisamente cuando en las costas de la península de Crimea se están realizando unas maniobras bajo el patrocinio de la OTAN. El viaje de Serguéiev tiene, pues, un carácter simbólico: por parte de Kiev es un gesto para tranquilizar a Moscú, molesto por estos ejercicios militares a los que se oponía categóricamente, y por parte del Kremlin un gesto que pretende demostrar que, a pesar del acercamiento de Ucrania y la OTAN, Rusia no está dispuesta a perder posiciones ni a retirarse de Crimea, sede de su Flota del mar Negro."Tenemos muchos temas que discutir", declaró ayer Serguéiev, quien agregó que ahora, él y su colega Alexandr Kuzmuk, tendrán que llenar de contenido los acuerdos firmados este año por los presidentes de ambos países. Serguéiev, que permanecerá hasta hoy en Ucrania, tendrá reuniones con una serie de otras personalidades locales, entre ellas, el primer ministro, Valeri Pustovóitenko, y el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Vladímir Gorbulin. Con todos ellos, el ministro ruso debatirá temas relacionados con la seguridad y la cooperación técnicomilitar.
Estas conversaciones no serán fáciles. Gorbulin ha declarado que es partidario de "poner el Ejército en concordancia con los estándares de la OTAN" y no oculta que su mayor ilusión es que su país sea aceptado en la Alianza. Rusia, por su parte, se opone terminantemente a que Bruselas acepte como miembros a países que antes formaron parte de la URSS. Serguéiev viajará también a Sebastopol, sede de la Flota del mar Negro, y su visita ocurrirá mientras las naves y soldados de cinco países -Bulgaria, EE UU, Georgia, Turquía y Ucrania- realizan maniobras frente a las costas. El guión de estos ejercicios militares es el siguiente: ocurre un terremoto y estallan desórdenes en la península; a petición de las autoridades, fuerzas multinacionales desembarcan para terminar con el caos y evacuar a parte de la población. La mayoría de los habitantes de Crimea se opone a las maniobras, que ven como un ensayo de un bloqueo de la península en caso de un conflicto con Kiev.
