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Una galeria de Girona reune por primera vez a Saura, Arroyo, López, Gordillo y Muñoz

Los cinco pintores defienden en la exposición 'Madrid' la pluralidad de tendencias

La denominación de origen Madrid sirve para reunir en una misma exposición, por primera vez, a cinco primeros espadas del arte español. Eduardo Arroyo, Luis Gordillo, Lucio Muñoz, Antonio López y Antonio Saura, de los que sólo dos han nacido en Madrid, reflejan esa esencia variopinta que ha configurado la personalidad e la capital de España. Artísticamente, la pluralidad estilística se refleja también en a exposición colectiva que se presenta hasta el 27 de julio en la galería Cyprus Art en Sant Feliu de Boada, en pleno paisaje ampurdanés de Girona. Su amor a la pintura, a madurez artística y su complejidad geneacional une a estos artistas y dota a la exhibición de un componente singular.

Los cinco artistas han compartido paredes en colectivas de distinto signo, pero nunca habían realizado una exposición que les reuniera sólo a ellos. "Esta exhibición expresa lo que ha de ser e¡ fiel reflejo del futuro, donde deben convivir diferentes tendencias", comenta Saura, que al igual que los demás artistas acudió ayer a la inauguración de la exposición. "Pienso que debemos apostar por el triunfo del individuo por encima de la moda".En la galería Cyprus, Saura exhibe sus tradicionales imágenes dramáticas: "Responden a mi visión reiterativa y obsesiva". Lucio Muñoz realiza collage con papel, madera y tela de un cromatismo plagado de tonalidades ocres que acercan su obra al colorido de la tierra. López exhibe su célebre obra Hombre y mujer, realizada en madera policromada, y una obra, entre otras, de su colección personal titulada Vaso con flores y pared, realizada en 1965. También presenta lápices sobre papel con el motivo emblemático del membrillo.

- Por un camino diametralmente opuesto, Gordillo muestra la serie Anticosas, donde se expresa con fuerza el color intenso y la contundencia de las formas simples. Arroyo elige motivos humanos de inspiración andaluza para cuatro de sus obras. La inquietud y la profundidad se expresan -en Fausto 1 y Fausto 2, realizadas a mediados de los setenta.

Madurez creativa

Los cinco se encuentran en un momento espléndido. Año más año menos, los 50 bien entra dos o los 60 sobrepasados dotan a estos creadores de un carisma especial. El punto de madurez en que se encuentran no impide una voluntad de adentrarse mucho más en lo que es la esencia de su trabajo. Saura, que afirma que "sin pintar no podría vivir", deja patente su voluntad de contribuir al final del siglo XX, en la medida de sus fuerzas, "a relevar el concepto de belleza por el de intensidad". Gordillo quiere acentuar la síntesis en su trabajo: "Hubo un tiempo en que mi obra se centraba en aspectos de búsqueda de técnicas y rnateria. Mi obra sigue abierta, pero ahora lo que intento es resumir y clarificar". Lucio Muñoz constata su especial momento artístico: "Prácticamente hasta los años noventa sentí frustración en mi trabajo. Pensaba en muchos momentos que tanto esfuerzo no se correspondía con los resultados que había obtenido. Ahora creo que he encontrado el camino, he aprendido a prescindir de lo que no me es útil". Arroyo considera que siempre existe un deseo de cambio para alcanzar nuevas metas: "Hay que tener la aspiración loca de entrar en procesos inexplorados". López afirma: "El objetivo es disfrutar del trabajo. He vivido siempre con mucho conflicto mi proceso de creación".

Traslado del 'Guernica'

Estos artistas, que han vivido las presiones de diversos momentos artísticos y sociales, muestran mayoritariamente su disconformidad con el préstamo. del Guernica a Bilbao. Arroyo se muestra, sin embargo, a favor del préstamo: "Yo no tengo la visión del técnico que para tocar un cuadro se tiene que poner guantes. Pienso que los cuadros tienen que vivir su. vida, moverse y viajar". Saura opina: "El Guernica no debe moverse de donde está. En el lugar que ocupa cumple una función clara ya que representa una tragedia de la guerra civil española. Moverlo seria una frivolidad". Muñoz también se opone: "El Guernica es un cuadro extraordinario; si no sufriera nada, podría plantearse la posibilidad de su traslado, pero si existe alguna posibilidad de deterioro no, hay razones para hacerlo". López arremete contra la gente que defiende el préstamo: "Pienso que desde la cultura no puede mantenerse esa insistencia para que el Guernica viaje. Los que no callan pidiendo su préstamo son unos auténticos pelmazos".

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