Misión cumplida
El paulatino y sosegado asentamiento de la Legión en Almería logra vencer el recelo que provoca la 'leyenda negra'
"A los que formáis hoy aquí, quiero mencionaros la deuda de gratitud que tenéis con el pueblo almeriense, que con tanto cariño os ha recibido. Que la más hermosa interpretación del espíritu de compañerismo, la cooperación y la ayuda mutua en todas las circunstancias, os lleve a mantener inmaculado el nombre de la Brigada".El rey Juan Carlos aprovechó su discurso del pasado viernes en la base de Viator (Almería) para exhortar a los miembros de la recién bautizada Brigada Rey Alfonso XIII a que cultiven las relaciones con la sociedad y contribuyan a desterrar la imagen popular que asocia la presencia de la Legión con un rosario de reyertas, tumultos y altercados.
Los recelos con que fueron acogidos hace un año los primeros legionarios llegados a la base Alvarez de Sotomayor parecen haberse disipado casi por completo. En la capital más oriental de Andalucía son legión los indiferentes, aunque el club de incondicionales va ganando adeptos y las voces críticas se encuentran cada vez más aisladas.
Grupúsculos del nacionalismo andaluz radical y colectivos antimilitaristas llenaron la ciudad de pintadas en contra de los nuevos huéspedes y algunas fuerzas, como Izquierda Unida, tampoco los recibieron precisamente con los brazos abiertos.
Pero han tenido más éxito las autoridades civiles y castrenses empeñadas en espantar la leyenda negra que arrastra la Legión. La brigada se ha prodigado en actos públicos, deseosa de estrechar lazos con la población anfitriona, que le ha correspondido disputándose su presencia para dar color a las procesiones de Semana Santa.
El renacimiento del fervor religioso ha ayudado a desterrar las suspicacias que incluso latían en Viator, pese a la familiaridad de sus 3.200 habitantes con el ambiente castrense desde que se construyó la vecina base hace ya seis décadas.
"La integración", explica el alcalde de Viator, el socialista Joaquín Álvarez, "ha resultado tan perfecta que las reticencias están eliminadas". Esto, junto a los beneficios económicos asociados a la unidad -el mercado de alquileres de la localidad se equipara ya al de la capital-, ha favorecido una aclimatación gradual y sosegada.
La transición, en realidad, ha consistido en pasar de cierta cautela indiferente a una asimilación sin traumas. La presencia de legionarios de uniforme por las calles, que antes era excepcional, se va haciendo frecuente. Incluso comienza a palparse cierto interés, como prueba el éxito de la exposición La Legión en imágenes, que recibió la visita de 10.000 personas en apenas una semana, una cifra que multiplica con creces la asistencia a muestras pictóricas locales.
Si los legionarios se han esforzado en integrarse socialmente -participan en la mayoría de las competiciones deportivas civiles-, las autoridades locales no se han quedado atrás. El alcalde de Almería, Juan Megino, del PP, pasó revista a la tropa el Día de las Fuerzas Armadas, durante el primer desfile celebrado en los últimos 15 años en la ciudad, donde crece un olivo centenario obsequiado por la brigada.
La participación de la Legión en la misión humanitaria en la antigua Yugoslavia -de Almería partieron las dos primeras agrupaciones españolas, aunque sus bases estaban en Ronda y Fuerteventura- también ha contribuido a lavar la mala imagen. Pero el factor principal h sido la ausencia de incidentes por lo menos de tanta gravedad como la razia protagonizada e pasado 10 de marzo en Melilla por más de 300 legionarios.
Los mandos son consciente de que el trabajo de muchos meses puede arruinarse en un día Por eso, el Rey instó a los legionarios a velar para que, "en vuestras relaciones con las gentes de estas tierras de nuestra querida España, nunca se pueda pone en tela de juicio ese derecho que tenéis a unir a vuestro título de legionarios el de caballeros".
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