Los ensayos de 'Angels in America' abren la actividad del Teatre Nacional de Catalunya
Josep Maria Flotats estrenará el montaje en otoño, con el edificio aún inacabado
Josep Maria Flotats, camisa y pantalón blancos, larga cola de caballo, ha convocado a la prensa y ha dicho: "¡Yo soy un okupa!". ¿Dónde refugia su paso vagabundo?: en una nave del que será el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). ¿Para qué? Quiere representar allí, a partir del otoño, Angels in America, del americano Tony Kushner. El conjunto del edificio, de Ricardo Bofill -cinco mil metros de columnas, frontones clásicos, madera y vidrio- no se acabará hasta muy entrado 1997. La urbanización del entorno, en el desolado noreste de la ciudad, presenta problemas severísimos. Pero Flotats, el okupa, dice que el teatro se demuestra andando: lleva ya una semana de ensayos.
El protagonista inició su performance de ayer con la mencionada descripción de su identidad y la siguió desmenuzando algunos detalles de su hábitat. Extendió los brazos hacia un lado y otro de la sala de ensayos -alta, amplia, clara- y llevó los ojos de los periodistas hacia los grandes lienzos blancos que colgaban de las paredes y los techos: "Y hemos tenido que poner sábanas para mejorar la acústica, para poder oírnos". Luego anduvo unos pasos hacia el fondo de la sala y descorrió con la mano una cortina, montada de manera muy artesanal: detrás de la cortina no había nada. Pero con la intención bastó: se trataba, en efecto, de una cortina muy artesanal y de la nada. Volvió lentamente, se paró en seco y meditó: "Es todo lo que tenemos. Ya sé que se dice que todo lo que tenemos es muy suntuoso, pero eso siempre se dice en los países donde no hay nada". Una vez callado, se sentó a la mesa de dirección, en el centro de la sala, y mandó que los actores dijeran pequeños fragmentos de la obra. Ahí estaban Montserrat Carulla, Sílvia Munt, Josep Maria Pou, Joan Borrás y 12 más, animosos y dispuestos a lidiar a Kushner.Angels in America lleva el siguiente subtítulo: "Una fantasía gay sobre temas nacionales". La nación -en primera instancia- de los temas es Estados Unidos de América y la época, el espíritu de la época es el de Reagan. En cuanto a la fantasía gay no caben demasiadas aclaraciones: se trata de una fantasía perfectamente extendida en las programaciones teatrales. En las hojillas -un press book sería alarde- que se entregaron ayer a la prensa se escribe lo siguiente sobre la obra: "Reuniendo judíos y mormones, africanos y euroamericanos, neoconservadores y gente de izquierdas, gays que esconden su condición y ejemplares de los nuevos políticos homosexuales americanos, Angels no pretende otra cosa que crear una historia a escala cósmica de la América de la época de Reagan y de la época del sida. El sida como enfermedad fisica, visible, y como metáfora de la corrupción moral, invisible, de nuestro tiempo". Uno de sus protagonistas es Roy Cohn, ángel maldito, mano derecha del macartismo y uno de los culpables de que el matrimonio Rosenberg acabara en la cámara de gas. Angels -que forma parte de una trilogía todavía en curso: se acaba de estrenar la segunda parte, Perestroika- ha ganado premios realmente prestigiosos: el Pulitzer de 1993, dos Tony y el Evening Standard. Algunos lectores destacan su radicalidad, su dureza y su emotividad, y la inscriben, sin contemplaciones, en una ética de izquierdas, feroz con el liberalismo. Esos lectores añaden una duda: si va a resistir el paso del tiempo y va a sobrevolar para siempre el instante en que fue concebida.
En cualquier caso, Flotats no es uno de ellos: la ha calificado como "una muestra muy crítica de teatro político contemporáneo" y no cabe duda de que se siente a gusto con lo que tiene entre manos. Ahí sigue: detrás de la mesa, cuchicheando con sus ayudantes; o bien en cuclillas, muy cerca de los actores que van sucediéndose; o apoderándose plenamente de la escena mediática mientras enseña a uno de ellos cómo debe ir, y volver, y darse luego la vuelta, y matar al mundo finalmente con su juego de ojos. "¿Siempre dirige así o ha sido tan amable de hacerlo especialmente para nosotros?", pregunto a la señora Vicenta Ndongo, Emily la enfermera. "Por supuesto, él es siempre así". La señora Silvia Munt, Harper Amaty Pitt, ve incluso ventajas: "Un actor sabe cuánto cuesta ser actor".
La subversión
Poco antes de la dos del mediodía, con toda amabilidad, preguntando si alguien desea alguna cosa más, el okupa Flotats da por terminada la función. Una obra incómoda, llena de maricas y de reaccionarios muy crueles, que tiene al liberalismo (el que nos invade) como principal demonio y que quedará en el tiempo, más allá de cualquier retórica, como la primera producción del TNC; que se está ensayando con animo provocador en los vacíos talleres de un teatro público, inacabado después de 16 años de gobierno... ¿Alguien puede reprocharle complacencia, sumisión al establihsment, al subversivo Flotats?El presupuesto de Angels... -partida especial de la Generalitat- es de 100 millones.
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