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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Señorío

Muy bien Isabel Pantoja, con clase, con elegancia, con señorío. Sobre todo señorío, eso tan importante en un género en que el riesgo de excederse o quedarse en la sosería acechan constantemente a la intérprete.De las cinco protagonistas de este ciclo programado con motivo de las fiestas isidriles de Madrid, celebrado en el escenario del Centro Cultural de la Villa de Madrid, yo diría que Isabel Pantoja ha sido quien mejor ha sabido situarse en ese punto de justo equilibrio en que todo discurre sin sobresaltos, al hilo de la perfección.

Ella jamás se desmelena, y sin embargo sabe comunicar a cada tema el desgarro interno preciso para que no se pierda su inevitable dosis de dramatismo; el grado de sensibilidad de la cantante para aquilatar un factor tan delicado en este género es realmente digno de tenerse en cuenta.

Isabel Pantoja

Sensaciones.Con orquesta dirigida por Ramón Farrán. Centro Cultural de la Villa de Madrid. Madrid, 19 de mayo.

La Pantoja dio un concierto extenso y de gran calidad, en que repasó éxitos propios y ajenos que han ido jalonando toda su trayectoria artística. Títulos como Nada, Caballo de rejoneo, Se me enamora el alma o Carmen Amaya . tuvieron sus nuevos momentos de esplendor, y sobre todo temas clásicos tan celebrados como La bien pagá, Ojos verdes o La Lirio.

En unos y otros Isabel Pantoja demostró no sólo que efectivamente es uno de los primerísimos nombres de la copla actual, sino además un buen gusto y un saber estar que dignifican a todo artista que da la cara ante un público.

Idilio con el público

Canta como nunca, da a cada canción el matiz dramático pertinente y su sencillez nos ahorra el empacho de divismo y sofisticación con que otras nos castigan de manera in misericorde. Una grande, sin reserva alguna, de la canción española actual, quizá en su mejor momento y con mucho que decir por delante.Isabel Pantoja, durante las dos horas que estuvo en el escenario, vivió un verdadero idilio con su público. Le dijeron constantemente todos los piropos del mundo, sin que faltaran los alusivos a su bondad como madre, y Paquirrín hubo de saludar desde su butaca, pero la cuestión se resolvió discretamente, sin llegar al empalago.

Tampoco faltó la emotividad, como cuando sonó la Salve rociera que la Pantoja cantó como despedida acompañada por toda la audiencia en pie.

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