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Cuba se abre a la inversión extranjera y de los exiliados

El Parlamento cubano aprobó ayer, tras dos días de debate, una nueva ley de inversiones que permite que empresas de capital 100% extranjero se instalen en la isla y permite a los exiliados invertir en Cuba y comprar bienes inmuebles. La discusión del proyecto de ley sirvió de marco para que Castro defendiese las medidas reformistas adoptadas hasta ahora por su Gobierno, pero aclarando que tanto éstas como la apertura a la inversión extranjera se harían con sumo cuidado para evitar que la isla caiga en el "caos" y retorne al capitalismo."Nada se nos va a escapar de las manos", afirmó Castro. El mandatario añadió que hará todas las reformas que sean necesarias para "perfeccionar el socialismo" y salvar su revolución. "Si hay que hacer más reformas, haremos más reformas; si hay que hacer más apertura, la haremos", dijo, añadiendo que el momento actual era más "de consolidar y perfeccionar" lo realizado hasta ahora.

"Vamos a salvar el socialismo y no a destruirlo", enfatizó el presidente cubano al referirse a lo que había ocurrido en la Unión Soviética por tomar medidas apresuradas. "Recuérdese cómo nos tomaron el pelo a todos cuando nos hablaron de la perestroika como fórmula de perfeccionar el socialismo, y lo que hicieron fue destrozarlo de una manera brutal".

Sobre la ley de inversiones recién aprobada, Castro aseguró ante el Parlamento que no había que preocuparse por la apertura hacia el exilio, que a partir de ahora podrá invertir en la isla como cualquier otro socio capitalista del Gobierno cubano. "El país tiene los mecanismos necesarios para aplicar su política y defender los intereses de los trabajadores", señaló, y explicó que la nueva ley reserva al Consejo de Ministros o a una comisión designada por este órgano el derecho a aprobar cada proyecto de negocio y a estudiarlo caso por caso.

Asimismo agregó que aunque el documento aprobado autoriza el establecimiento en territorio cubano de empresas de capital totalmente extranjero, el Gobierno no va a vender al mejor postor las riquezas del país, y que este tipo de inversiones sólo se autorizarán de forma excepcional. "Es interés del país mantener una participación importante en las empresas", advirtió.

La nueva ley agiliza algunos trámites en la negociación para iniciar un proyecto entre los empresarios extranjeros y las autoridades, estableciendo un plazo de 60 días para que el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros dé una respuesta al posible inversor una vez presentada la documentación. A partir de ahora, todas las áreas de la economía quedan abiertas a la inversión extranjera, con excepción de la salud, la educación y la defensa.

Uno de los puntos más debatidos de la ley fue el del nuevo régimen laboral en las inversiones extranjeras. En los primeros borradores se establecía que las empresas mixtas y las asociaciones economicas internacionales, no así las empresas totalmente extranjeras, podrían contratar libremente a sus trabajadores. Sin embargo, el proyecto aprobado impuso que, en todos los casos, la contratación se realizará a través de las agencias estatales.

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